A pesar del enorme impulso a la renovación urbana, hay muchos edificios en Israel con infraestructuras defectuosas y envejecidas, incluso en la residencia oficial del ciudadano número uno de Israel, el presidente Isaac Herzog.
Consciente del problema de las infraestructuras, el personal de mantenimiento del complejo presidencial realiza pruebas periódicas para controlar la calidad del agua. La prueba más reciente reveló un nivel inusual de contaminantes, según reveló el viernes un portavoz del presidente. Esto hizo temer la posible presencia de legionela, un tipo de neumonía provocada por una bacteria. Por lo tanto, se decidió llevar a cabo una desinfección exhaustiva de todas las tuberías de la Residencia del Presidente.
Sería aconsejable que todas las personas que viven en edificios antiguos en los que la infraestructura no ha sido actualizada, realicen pruebas similares para evitar las consecuencias del agua contaminada, que a veces puede ser letal.
Las infraestructuras de los edificios son un problema preocupante en Israel, sobre todo por el temor a posibles derrumbes que podrían provocar graves pérdidas de vidas humanas.
Hasta 80.000 edificios con unos 300.000 apartamentos corren peligro de derrumbarse y deben ser reconstruidos en los próximos años para evitar la calamidad, según la Asociación de Constructores de Israel.
A principios de esta semana, se derrumbó un edificio residencial en Holon. Nadie resultó herido porque los Servicios de Bomberos y Rescate evacuaron a 16 familias del edificio el día anterior, por temor a que fuera inseguro. Sin embargo, el incidente ha dejado una sensación de temor en el país, ya que la gente se pregunta cuándo ocurrirá el próximo desastre de este tipo y cuántos podrían morir o resultar heridos.