La edición de febrero de 2023 del Índice de la Voz Israelí del Instituto Israelí para la Democracia muestra un aumento sustancial del porcentaje de israelíes que consideran que la situación general de su país es terrible o muy mala.
Los ciudadanos israelíes se muestran ahora menos entusiastas sobre la seguridad futura del país, pasando del 46% en enero al 31% en febrero.
El Viterbi Family Center for Public Opinion and Policy Research realiza un estudio mensual denominado Índice de la Voz Israelí. El Dr. Or Anabi y la profesora Tamar Hermann elaboraron el informe de febrero.
Entre el 27 de febrero y el 5 de marzo se encuestó a una muestra representativa a nivel nacional de la población adulta de Israel, utilizando Internet y el teléfono para entrevistar a 608 hombres y mujeres en hebreo y 173 en árabe.
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Futura democracia israelí y seguridad nacional
Los científicos descubrieron un descenso significativo del optimismo de los israelíes respecto a la seguridad interna y externa. En todo el espectro político, los optimistas escaseaban; sólo el 11% de los izquierdistas, el 22% de los centro-derechistas y el 46% de los derechistas expresaban optimismo respecto a la seguridad de Israel. El científico del IDI indicó que esto podría estar relacionado con el aumento de los atentados terroristas en febrero.
Según los informes de la IDI, el optimismo hacia el futuro de la democracia no ha cambiado mucho en los últimos meses. Sólo el 38% de los encuestados en general expresaron optimismo por la continuidad de la democracia en Israel. Sólo el 19% de los árabes encuestados compartía esta opinión, frente al 41% de los judíos.
La última vez que se planteó el tema, en octubre de 2022, el porcentaje de entrevistados que describió la situación general de Israel como terrible o extremadamente mala aumentó del 30% al 47%. La proporción de encuestados que describieron la situación de Israel se ha mantenido constante en torno al 25%, lo que indica que el cambio de opinión procedía de aquellos cuya opinión había sido neutral anteriormente.
El porcentaje de judíos que dicen que la situación es mala o muy mala ha subido del 28% al 43%, y el porcentaje de árabes que dicen lo mismo ha aumentado del 41% al 66%.