El Dr. Tarek Abu Arar, secuestrado y herido durante un ataque de Hamás, fue rescatado por una operación oportuna de las Fuerzas de Defensa de Israel.
En un acto que estremeció a la nación, el Dr. Tarek Abu Arar, reconocido médico y voluntario de la Unión de Salvación, se convirtió en víctima de un aterrador incidente terrorista. Durante las primeras horas de confrontación con Hamás la semana pasada, Abu Arar fue herido, secuestrado y utilizado como escudo humano, en una experiencia que él describió como “simplemente indescriptible”.
El evento traumático se desarrolló en la mañana del 7 de octubre, cuando Abu Arar se dirigía desde su residencia en Arara, Néguev, hacia su turno en el Centro Médico Barzilai en Ashkelon. El médico observó lo que parecía ser un hombre herido cerca de un cruce en las proximidades de Sderot. “Durante esas horas, no hubo informes de ninguna infiltración terrorista,” comentó, recordando su decisión de detenerse a prestar asistencia.
La situación tomó un giro dramático cuando, a unos 10 metros de distancia, Abu Arar recibió un disparo en el pecho. “Empecé a gritar y a rezar, plenamente convencido de que estaba a punto de encontrar mi final”, recordó. Su confusión persistió hasta escuchar gritos en árabe, señalando su identidad étnica, momento en que se dio cuenta de que estaba en manos de terroristas de Hamás.
Abu Arar detalló cómo aproximadamente diez individuos armados emergieron de los arbustos, vestidos con equipos militares y portando rifles Kalashnikov. Interrogado en árabe y sometido a un examen de sus conocimientos sobre el islam, observó que los atacantes llevaban uniformes similares a los de las Fuerzas de Defensa de Israel.
La tensión escaló cuando los terroristas lo trasladaron a una intersección, proclamando que su captura impediría un ataque aéreo de las FDI. Durante el enfrentamiento con el ejército israelí, Abu Arar, usado como escudo humano, recibió otro disparo. “Uno de los terroristas me disparó en la pierna y me dijo que la siguiente bala me apuntaría a la cabeza”, relató. Afirmó haber orado por un milagro mientras sangraba abundantemente.
El rescate llegó unos 45 minutos más tarde, cuando una unidad de comandos de la Marina intervino. “Neutralizaron rápidamente a los terroristas y me rescataron del borde de la muerte,” dijo Abu Arar. Tras recibir primeros auxilios en el lugar, fue trasladado al Centro Médico Soroka, donde se recuperó de sus heridas.
Reflexionando sobre la horrenda experiencia, Abu Arar, quien ha dedicado su vida a la medicina y la ayuda humanitaria, expresó la impotencia y el horror que sintió. “Presenciar cómo se desarrollaba esta espantosa tragedia ante mis ojos, incapaz de intervenir, fue sencillamente horroroso”, concluyó, subrayando la brutal realidad del terrorismo en la región.