Investigadores israelíes han documentado el método que se esconde tras la locura de la payasada hospitalaria, con la esperanza de que permita a los médicos integrar mejor a sus practicantes en su trabajo.
En un estudio revisado por pares, identificaron y analizaron unas 40 habilidades que utilizan los payasos médicos y observaron que muchas de ellas pueden ser aprovechadas por los facultativos para ayudar en el tratamiento. Por ejemplo, se estudió cómo los payasos pueden aumentar la motivación de un paciente para cumplir un plan de tratamiento.
“Los médicos suelen pensar que los payasos sólo están ahí para ‘animar’ a los pacientes, pero es mucho más que eso, y existe una verdadera necesidad de investigación que explique a los profesionales médicos qué hacen exactamente los payasos médicos”, declaró a The Times of Israel la profesora Orit Karnieli-Miller, autora principal del estudio.
“Hay muchos estudios que demuestran que los payasos ayudan a los pacientes a lidiar con el dolor, pero hasta ahora ningún estudio trazaba empíricamente las habilidades que utilizan y su enfoque terapéutico. Estamos ayudando a los médicos a comprender la ‘magia secreta’ del clown médico”.
Israel es líder en payasadas médicas, y la organización sin ánimo de lucro Dream Doctors proporciona payasos en varios hospitales.
Karnieli-Miller, del departamento de Educación Médica de la Universidad de Tel Aviv, organizó simulaciones médicas con los payasos de Dream Doctors y analizó en profundidad los vídeos. También entrevistó a los payasos.
“Los médicos conocen a los payasos, pero rara vez profundizan en lo que hacen, y a veces les resultan molestos”, explica. “Aquí aportamos esa visión. Exponemos claramente, por ejemplo, cómo establecen una relación con los pacientes y conectan con sus necesidades, sus emociones y mucho más”.
El estudio exploró cómo los payasos pueden ayudar en algunos de los momentos más tensos del hospital, concretamente cuando hay conflictos entre pacientes y personal. Los payasos ayudan a los pacientes a expresarse y se les considera “mediadores que tienden puentes entre las dos partes ‘opuestas’”, a veces interponiéndose físicamente entre ellas para restablecer la calma.
Karnieli-Miller y sus colegas describieron a los payasos médicos, con su afición por el caos organizado y el desorden, como la antítesis de la ética hospitalaria normal. Escribían: “Si los profesionales sanitarios saben cómo y cuándo colaborar con los payasos médicos para ayudar a los pacientes a superar los retos, puede que sean más tolerantes con la ‘alteración’ del orden hospitalario por parte de los payasos médicos”.
“De este modo, los payasos médicos dispondrán de tiempo y espacio para conectar con los pacientes, ayudarles a sentirse atendidos y vistos, animarles a participar activamente en su plan de tratamiento y aumentar su motivación y capacidad de adherencia. Esto, a su vez, puede potenciar la atención centrada en el paciente y mejorar su bienestar”.