El tío de Ofer Calderón, recientemente liberado, informó al Comité de Salud de la Knéset que su sobrino perdió 25 kilogramos durante su cautiverio. Antes de ser entregado, Hamás lo obligó a ingerir grandes cantidades de comida, incluidos vegetales podridos, para aparentar mejor estado de salud.
«Ofer atravesó una semana complicada, con una gripe severa y neumonía que impidieron que sus hijos se reunieran con él», declaró su tío ante el comité, según medios hebreos.
Calderón aseguró que tres meses atrás su peso era 25 kilos menor. «Cuando Hamás determinó que estaría en la lista de liberados, lo forzaron a subir de peso para que aparentara su estado habitual», relató.
Su tío denunció que los captores lo obligaban a ingerir alimentos en mal estado, afectando su salud.