El primer ministro jordano, Bisher Khasawneh, advierte de que cualquier intento de “desplazar” a los palestinos de Gaza o Cisjordania sería “una línea roja” y Jordania lo considerará “una declaración de guerra”.
“No habrá ningún desplazamiento, ninguna nueva Nakba, si Dios quiere, ningún reasentamiento y ninguna patria alternativa”, afirma en un comunicado.