Dekel Shalev, quien escapó de la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre en el Kibbutz Be’eri, ha trasladado a su familia a Estados Unidos y no considera regresar a Israel en el futuro cercano, según declaró al Canal 12.
Esa mañana, Shalev, su esposo y sus tres hijos, de siete, cinco y tres años, se encontraban en su hogar cuando los terroristas de Hamás cruzaron la valla fronteriza y penetraron en las comunidades del sur de Israel.
La familia se refugió en su habitación segura durante 15 horas, mientras los terroristas entraban y salían de la casa en cuatro ocasiones distintas.
Shalev afirma que su supervivencia fue “gracias a la suerte”, ya que los atacantes intentaron entrar en la habitación donde se escondían, pero desistieron sin disparar a la puerta.
Tras la evacuación del kibutz, fueron alojados en un hotel cerca del Mar Muerto; sin embargo, tras dos días, decidieron que aún no se sentían seguros.
“No queríamos que nuestros hijos vivieran con miedo”, explica Shalev, añadiendo que no habrían podido superar el trauma del 7 de octubre si se hubieran quedado en Israel.
Aunque se han mudado, la familia mantiene su conexión con la comunidad del Kibbutz Beeri. Shalev, quien está de visita en Israel para celebrar el cumpleaños de su padre, regresó a su hogar en el kibutz por primera vez desde el ataque.
“No fue una experiencia fácil”, comenta. “Fue extraño, un torbellino de emociones”.
Actualmente, Shalev y su familia no encuentran razones para regresar a Israel. Tanto sus familiares como los de su esposo están desplazados en distintas partes del país, sin una fecha definida para regresar a sus hogares.
Al preguntarle sobre un posible cambio de decisión en el futuro, Shalev parece convencida de que no será así.
“Creo que mientras mis hijos sean menores de edad, la respuesta es no”, concluye. “Si mis hijos quieren volver cuando sean mayores, será decisión de ellos”.