Varias horas después de que su casa fuera alcanzada por un cohete procedente de la Franja de Gaza el martes, Edward Weinstock, residente en Ashkelon, recordó el aterrador momento en que se dio cuenta de que el cohete había caído en el dormitorio de su hijo.
“Las sirenas siguieron sonando durante toda la noche”, afirmó desde el Centro Médico Soroka de Be’er Sheva, donde fue hospitalizado con heridas moderadas. “Otra sirena volvió a sonar a las 5 de la mañana y el cohete cayó en la habitación de mi hijo. Felizmente, no dormía en su habitación. Acababa de sacarlo de allí”.
“No recuerdo dónde cayó exactamente, pero me encontré en el suelo, cubierto de metralla. Sólo yo estaba herido. Mi familia -esposa y dos hijos- está bien”, afirmó.
El paramédico del Maguen David Adom, Eitan Lasri, afirmó que la ciudad estaba en alerta máxima. Hamás ha lanzado más de 600 cohetes contra Israel en las últimas 24 horas, muchos de los cuales cayeron en la ciudad costera.
“En cuanto oímos la sirena, corrimos a los espacios protegidos. Cuando salieron informes sobre el impacto de cohetes en edificios residenciales, subimos a nuestros vehículos y ambulancias”, afirmó Lasri.
Lasri y sus colegas atendieron a varias personas que sufrieron heridas de metralla, así como a víctimas de shock, y algunas tuvieron que ser hospitalizadas.