El gobierno de Turquía sigue guardando silencio tras las impactantes revelaciones de la semana pasada de que su poderosa Organización Nacional de Inteligencia (MIT) detuvo a una mujer iraní tras su visita a la embajada de Israel en Ankara.
En una serie de intercambios de mensajes con The Jerusalén Post, un portavoz del gobierno de Turquía escribió la semana pasada: “Permítanme retomar el tema y ver si podemos hacer que alguien responda”. Una consulta posterior del Post al portavoz provocó su respuesta: “Responderé por correo electrónico”.
Cuando el Post le insistió, el portavoz escribió el lunes “Hemos recibido su correo electrónico. Si hay una respuesta, la recibirá por correo electrónico. Gracias”.
FoxNews.com informó por primera vez la semana pasada que una fuente dijo a la organización de noticias estadounidense que “una mujer que estaba encarcelada en la tristemente célebre prisión de Evin de Teherán -donde el régimen mantiene a la mayoría de sus presos políticos- fue detenida al salir de la embajada israelí en Ankara por la inteligencia turca”.
La fuente añadió que el gobierno de Turquía la deportó a Irán y la puso en manos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
El gobierno estadounidense ha clasificado al CGRI de Irán como organización terrorista.
El Post confirmó el relato de la fuente sobre la deportación de la mujer iraní por parte del MIT al CGRI. El CGRI ha desempeñado un papel en el asesinato de cientos de militares estadounidenses en Oriente Medio.
Según la fuente, que declinó ser nombrada, la mujer iraní “había sido condenada a 16 años por cargos de espionaje y terrorismo. Tenía un novio israelí al que había conocido en Europa y que, según ella, trabaja como médico para las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel]”.
La fuente continuó diciendo que “la mujer había visitado Tel Aviv con él con su pasaporte iraní y lo más probable es que estuviera involucrada en hacer algo para los israelíes. Ella es una musulmana practicante y rezaba regularmente, pero de alguna manera se sentía atraída o conectada a Israel”.
La aparente traición de Turquía a Israel en Ankara no es el primer caso en el que el gobierno islamista de Turquía da un ostensible revés de inteligencia a Israel. En 2013, el columnista de The Washington Post, David Ignatius, informó de una historia titulada “Turquía sopla la cubierta de Israel para la red de espionaje iraní”.
Ignatius escribió entonces que “la relación turco-israelí se envenenó tanto a principios del año pasado que el gobierno turco del primer ministro Recep Tayyip Erdogan habría revelado a la inteligencia iraní las identidades de hasta 10 iraníes que se habían reunido dentro de Turquía con sus oficiales del caso Mossad”.
La alianza de Turquía con la República Islámica de Irán ha suscitado una gran atención debido a su supuesto papel en la ayuda a Teherán para eludir las sanciones de Estados Unidos.
La semana pasada, un abogado de la institución financiera Halkbank, prestamista público de Turquía, instó a que se desestimara una causa judicial de Estados Unidos contra el banco.
Halkbank se enfrenta a una acusación por un caso complejo que incluye cargos de fraude bancario, blanqueo de dinero y conspiración con respecto a su uso de “servicios monetarios y empresas de fachada en Irán, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos” para burlar las sanciones estadounidenses, según el periódico Daily Sabah, afín a Erdogan.
Según la acusación de la fiscalía estadounidense en Nueva York, “altos funcionarios del gobierno de Irán y Turquía participaron y protegieron este esquema”, que entregó ilegalmente 20.000 millones de dólares de beneficios del petróleo iraní.
Reza Zarrab, un comerciante de oro turco-iraní, se declaró culpable en 2017 por su papel fundamental en la empresa de evasión de sanciones. Zarrab dijo que el régimen de Irán eludió las sanciones de Estados Unidos a través de complejas transacciones de intercambio de oro con la ayuda de Halkbank y el gobierno turco.
El Dr. Nikos Michailidis, profesor adjunto de Antropología y Estudios Mediterráneos en la Universidad de Missouri-St. Louis, dijo al Post que Erdogan ha forjado una coalición con las redes ultranacionalistas en el ejército y en la burocracia.
Dijo que “estos grupos promueven el estrechamiento de los lazos con Irán. Hemos visto informes que revelan cómo el régimen turco ha estado deportando a ciudadanos iraníes que han tratado de escapar de la persecución del régimen de Irán. También creo que Irán y Turquía colaboran estrechamente en el tráfico de personas, enviando miles de inmigrantes a Europa para desestabilizar a los países periféricos de la UE y provocar una agitación social”.
Michailidis, gran experto en Turquía, añadió que “además, intentan socavar los intereses y la presencia de Estados Unidos en la región y amenazan a Israel. El régimen turco realiza operaciones psicológicas, tratando de cegar e influir en los gobiernos occidentales presentándose como un competidor de Teherán. Pero esto es propaganda descarada. Los servicios de inteligencia turcos e iraníes colaboran estrechamente en varios campos. Esta colaboración debe ser tomada muy en serio, analizada en profundidad y tratada con eficacia”.