Un ciudadano israelí cruzó al Líbano durante la noche del martes antes de volver a cruzar la frontera y ser detenido por las fuerzas de seguridad, el último incidente de una serie de sucesos preocupantes en la frontera norte.
Según el ejército israelí, el hombre permaneció en territorio libanés durante una hora antes de volver a la zona de la valla fronteriza, donde fue detenido por las tropas y trasladado a la policía para ser interrogado.
El cruce del hombre, residente en la aldea beduina de Arab al-Aramshe, es el último de una serie de cruces ilegales que se han producido a lo largo de la porosa frontera entre Israel y Líbano.
A finales de diciembre, un beduino israelí de unos 20 años del sur de Israel fue devuelto al país un mes después de haber cruzado al Líbano. Fue entregado a las fuerzas de seguridad israelíes por la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano (FINUL) tras semanas de trabajo de las FDI, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Shin Bet y otros organismos pertinentes.
No está claro dónde pasó el tiempo que estuvo en Líbano ni por qué cruzó la frontera, pero se sabe que el hombre tenía problemas de salud mental y que había cruzado la frontera por voluntad propia a pie.
El pasado mes de febrero, una mujer israelí fue devuelta a su casa tras cruzar a Siria una semana antes. La mujer, que había intentado cruzar previamente a Gaza, fue devuelta con la ayuda de Rusia a cambio de dos pastores sirios que habían cruzado a Israel.
La zona fronteriza con Líbano ha sido señalada por las FDI como vulnerable a las infiltraciones enemigas y ha sido testigo de docenas de contrabando de drogas y armas a lo largo de la frontera, así como de varias infiltraciones de trabajadores migrantes en el último año.
Según datos de las FDI, el año pasado los militares frustraron nueve intentos de infiltración desde el Líbano y otros dos desde Siria, y confiscaron 120 kilogramos de drogas y 75 armas.
Debido a las continuas infiltraciones, Israel ha estado invirtiendo importantes cantidades de dinero y esfuerzos en reforzar sus defensas a lo largo de la frontera con Líbano, creando obstáculos y construyendo altas barreras de hormigón para ayudar a prevenir nuevas infiltraciones y futuros ataques de Hezbolá.