Un hombre de 22 años murió y otra persona resultó gravemente herida cuando unos desconocidos abrieron fuego contra una tienda en la ciudad norteña de Nazereth en la madrugada del lunes, según informaron la policía y los médicos.
El hombre fue identificado como Mohammed Salam, residente en la ciudad. La segunda víctima también parecía tener unos 20 años. Fue evacuado al hospital en estado grave.
El motivo del ataque no estaba claro de inmediato. Sin embargo, el sitio de noticias Net informó de que un buen amigo de Salam había sido asesinado a tiros en la ciudad el mes pasado.
“¿Qué hizo para que lo mataran?”, dijo un familiar a Ynet. “Los criminales no tienen límites ni piedad, siguen matando sin parar”.
Su muerte supuso el 72º asesinato de un árabe israelí este año como consecuencia de la violencia que sigue asolando a la comunidad.
El viernes, una mujer de 28 años fue asesinada a tiros mientras conducía en la céntrica ciudad de Ramle.
La policía sospecha que la mujer, identificada como Lorin Musrati, era el objetivo de la familia de su difunto marido -que también fue abatido en 2015-. Se opusieron a la decisión de la víctima de abandonar la ciudad de Ramle con sus hijos para trasladarse a Haifa después de que su marido fuera asesinado, informó el diario Haaretz, añadiendo que las fuerzas del orden también estaban investigando otros motivos del ataque.

El viernes hubo otros tres tiroteos no mortales que tuvieron lugar en ciudades con gran población árabe.
Según la organización sin ánimo de lucro Abraham Initiatives, 72 árabes israelíes han sido asesinados en homicidios desde principios de 2021, 11 de ellos eran mujeres. En 2020, 96 árabes israelíes fueron asesinados, de lejos la cifra anual más alta que se recuerda.
Otros 12 palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este murieron dentro de Israel en aparentes homicidios.
Las ciudades y pueblos árabes han visto un aumento de la violencia en los últimos años, con el crimen organizado visto como el principal impulsor.
Los árabes israelíes culpan a la policía, que, según ellos, no ha tomado medidas contra las poderosas organizaciones criminales y ha ignorado en gran medida la violencia, que incluye rencillas familiares, guerras territoriales de la mafia y violencia contra las mujeres.
Según un informe de la Knesset de 2020, en Israel circulan unas 400.000 armas ilegales, la gran mayoría en comunidades árabes.
El mes pasado, el primer ministro Naftali Bennett dijo que la violencia y la delincuencia en las comunidades árabes israelíes eran una “calamidad nacional”, mientras se reunía con altos funcionarios del gobierno y de la policía para formular un plan nacional para abordar el problema.