Los juguetes que el público depositó en homenaje a los hijos asesinados de Yarden Bibas serán donados por decisión del propio rehén liberado al hospital en el que nacieron. Bibas solicitó a las autoridades aeroportuarias que los objetos recolectados en el tributo montado en el aeropuerto fueran entregados al Centro Médico Assuta en Ashdod, donde vinieron al mundo Ariel, de 4 años, y Kfir, de nueve meses.
En su visita al sitio del homenaje, organizado espontáneamente tras el secuestro de la familia Bibas el 7 de octubre de 2023, Yarden expresó su deseo de que esos juguetes sirvan para dar alegría a otros niños que reciben tratamiento en el mismo hospital. “Kfir y Ariel nacieron en el Centro Médico Assuta en Ashdod, un lugar donde comienza la vida”, dijo en un comunicado difundido el domingo. “Ahora, que ya no están con nosotros, quiero que los juguetes que se colocaron en su memoria traigan alegría a los niños que son atendidos en el hospital donde nacieron. Cada niño que nace [en el hospital] y cada niño que se recupera aquí es parte de nuestra victoria sobre aquellos que intentaron destruirnos”.
Yarden, su esposa Shiri, y sus hijos Ariel y Kfir fueron secuestrados desde su hogar en el kibutz Nir Oz durante el ataque masivo llevado a cabo por terroristas de Hamás. La familia fue parte del grupo de 251 personas tomadas como rehenes ese día, lo que desató la guerra actual en Gaza. Yarden, de 35 años, fue liberado el 1 de febrero tras pasar 484 días en cautiverio, como parte del acuerdo de alto el fuego alcanzado entre Israel y Hamás, en el que el grupo terrorista liberó a 30 personas —20 civiles israelíes, cinco soldados y cinco ciudadanos tailandeses—, junto a los cuerpos de ocho rehenes asesinados.
El 20 de febrero, Hamás devolvió los restos de Ariel, Kfir, el cautivo asesinado Oded Lifshitz, y una mujer de Gaza no identificada a la que el grupo presentó como Shiri Bibas, en una ceremonia propagandística. Un día después, también se entregaron los restos confirmados de Shiri, de 32 años. Posteriormente, las Fuerzas de Defensa de Israel informaron que los tres —Shiri, Ariel y Kfir— fueron asesinados “a sangre fría” y “con las manos desnudas” por sus captores, quienes intentaron borrar las pruebas mediante actos atroces.
El director del Centro Médico Assuta, Dr. Erez Barenboim, agradeció públicamente la donación: “Los juguetes contribuirán mucho a mejorar el estado de ánimo de los niños hospitalizados y ayudarán en su recuperación”. El médico añadió que se trata de “un ejemplo emocionante del poder de la resistencia humana y la transformación del dolor personal en un acto de bondad y generosidad”.
La historia de la familia Bibas se convirtió en un símbolo nacional del horror del 7 de octubre. El color naranja, inspirado en el cabello de Ariel y Kfir, fue adoptado por la sociedad israelí como emblema del esfuerzo colectivo por su liberación. La tregua inicial que permitió la liberación de Yarden estipulaba que a partir de febrero comenzarían negociaciones para una segunda fase del acuerdo.
Esa etapa implicaría la liberación de los 24 rehenes restantes a cambio del fin total de las operaciones militares y la retirada del ejército israelí de la Franja de Gaza. No obstante, el primer ministro Benjamin Netanyahu se ha negado a discutir esa segunda fase hasta lograr el desmantelamiento completo de las capacidades militares y gubernamentales de Hamás. En cambio, ha presionado por una extensión de la primera tregua.
Hamás rechazó esa posibilidad, lo que provocó que Israel reanudara sus operaciones militares a gran escala el 18 de marzo. El sábado por la noche, el gobierno israelí confirmó haber recibido una nueva propuesta de tregua y liberación de rehenes por parte de los países mediadores. Tras una serie de consultas, el gabinete de Netanyahu presentó una contraoferta elaborada en total coordinación con Estados Unidos.
Medios locales informaron que Hamás había aceptado una propuesta egipcia para liberar a cinco rehenes vivos a cambio de un alto el fuego de 50 días. Sin embargo, la respuesta no satisface los requisitos de Israel, que exige el retorno de al menos diez u once rehenes vivos, de acuerdo con una propuesta previa del enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff.