En los primeros días de la guerra, Estados Unidos realizó esfuerzos frenéticos para contactar a altos funcionarios israelíes que se encontraban reunidos planificando un gran ataque contra Hezbolá.
El objetivo era advertirles que no estaban actuando de manera racional y que se basaban en información equivocada, según un informe estadounidense divulgado el miércoles.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, logró finalmente enviar una nota al ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, el 11 de octubre, advirtiéndole contra la posibilidad de un ataque preventivo contra Hezbolá.
La revista The Atlantic ofreció detalles de esos 90 minutos de pánico vividos en Israel, que surgieron tras una supuesta invasión de Hezbolá, grupo terrorista respaldado por Irán.
Sin revelar sus fuentes, The Atlantic informó que altos funcionarios de la administración Biden estaban intentando convencer al gobierno israelí de no lanzar un ataque preventivo contra Hezbolá, cuando Dermer comunicó a Sullivan que parapentistas de la organización habían cruzado la frontera (simulando la masacre llevada a cabo por Hamás el 7 de octubre) y habían abierto fuego durante un funeral.
Paralelamente, más de dos millones de israelíes tuvieron que resguardarse en refugios debido a falsas alarmas que alertaban sobre ataques con drones en las comunidades del norte de Israel la noche del 11 de octubre. Los temores fueron intensificados por informes mediáticos que señalaban que entre 15 y 20 drones provenientes de Líbano habrían cruzado hacia territorio israelí.
El gabinete israelí estaba dispuesto a aprobar un ataque preventivo contra Hezbolá, pero las afirmaciones de una posible infiltración no pudieron ser corroboradas por la CIA ni por el ejército de Estados Unidos, según indicó The Atlantic.
En este contexto, Sullivan intentó sin éxito contactar directamente a Dermer, quien se encontraba aislado en la reunión del gabinete. Ante esta situación, Sullivan dictó una breve nota al ministro a través de su jefe de gabinete, afirmando: “No está tomando decisiones racionales. Está actuando en la niebla de la guerra sobre la base de información errónea”.
Mientras Israel sigue lidiando con el impacto del ataque de los terroristas de Hamás desde la Franja de Gaza, que resultó en la masacre de al menos 1.200 israelíes en localidades fronterizas, la posibilidad de una invasión masiva y mortífera por parte de Hezbolá a lo largo de la frontera norte causó pánico en un país en estado de alerta.
Biden convenció a Netanyahu de detener ataque a Hezbolá
Según un informe de diciembre del Wall Street Journal, los aviones de combate israelíes ya estaban en vuelo cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, logró persuadir al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para que abortara la misión en el último momento.
The Atlantic informó que Ron Dermer, ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, le comunicó al asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, que el gabinete había cancelado el ataque 45 minutos después de recibir una nota urgente, lo que evitó una posible guerra total con Hezbolá, apenas días después del 7 de octubre.
The Atlantic también compartió detalles de una reunión el 8 de enero entre el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman (MBS).
Durante esta conversación, MBS manifestó su interés en la normalización de relaciones con Israel, con la condición de que Jerusalén se comprometiera a permitir el establecimiento de un Estado palestino. Sin embargo, un funcionario saudí calificó la versión del medio sobre esta conversación como “incorrecta”.
Asimismo, se informó que MBS indicó a Blinken que no requeriría que Israel detuviera totalmente sus operaciones antiterroristas en Gaza para alcanzar un acuerdo de normalización. “Podrían regresar en seis meses, en un año, pero no justo después de que yo firme algo así”, habría afirmado el príncipe heredero.
Además, MBS señaló que “el 70% de mi población es más joven que yo”, refiriéndose a que la juventud saudí se está familiarizando por primera vez con la cuestión palestina a través de la guerra en Gaza. “¿Me preocupa personalmente la cuestión palestina? No, pero a mi gente sí, así que necesito asegurarme de que esto sea significativo”, agregó.
Después del estallido de la guerra entre Israel y Hamás tras el letal ataque del grupo terrorista el 7 de octubre, Arabia Saudita congeló en gran medida los planes impulsados por Estados Unidos para que el reino normalizara sus lazos con Israel, según informaron dos fuentes conocedoras de la posición de Riad a principios de año.
Sin embargo, desde el inicio de la guerra, funcionarios saudíes han afirmado, tanto pública como privadamente, que un acuerdo de normalización con Israel sigue en su agenda diplomática, mientras presionan públicamente por un alto el fuego en Gaza.
MBS, gobernante de facto de Arabia Saudita, aseguró semanas antes del inicio de los combates que Riad estaba cerca de alcanzar un acuerdo con Israel. No obstante, las negociaciones quedaron prácticamente en pausa durante los primeros meses de la guerra.