David Collier, periodista británico de investigación, desenmascaró en cinco horas la identidad del narrador del documental de la BBC “Gaza: Cómo sobrevivir a una zona de guerra”. Descubrió que Abdullah, su protagonista, es hijo de un alto terrorista líder de Hamás.
El hallazgo provocó la retirada del documental de las plataformas de streaming y desató una crisis en la cadena británica, históricamente considerada un referente del periodismo internacional. Además, reavivó las acusaciones sobre el sesgo antiisraelí del medio.
“Soy solo un tipo con una computadora en el norte de Londres”, afirmó Collier en una entrevista con The Times of Israel, destacando que, pese a contar con vastos recursos públicos, la BBC no verificó los antecedentes de los protagonistas.
La investigación reveló que el padre de Abdullah es el Dr. Ayman Al-Yazouri, exviceministro de Agricultura de Hamás, dato omitido por la productora Hoyo Films y la BBC. También se ocultó que otra niña en la cinta es hija de un capitán de la policía de Gaza, a quien Collier describe como un “ejecutor de Hamás”. Además, otro menor aparece en el filme con un rifle AK-47 junto a un terrorista de la organización.
El documental también fue realizado por dos camarógrafos con un claro sesgo antiisraelí, evidenciado en sus redes sociales. Sin embargo, la conexión de Abdullah con la cúpula de Hamás fue el factor determinante que llevó a la BBC a retirar la producción.
“Si esto no se hubiese descubierto, habrían minimizado el resto de los problemas, el documental seguiría disponible y hasta habría recibido premios. Pero no hay alfombra lo suficientemente grande para encubrir algo así”, concluyó Collier.
Exigen consecuencias tras escándalo de la BBC por documental sobre Gaza

Políticos opositores, entre ellos Suella Braverman y Kemi Badenoch, demandan respuestas tras la polémica por el documental Gaza: Cómo sobrevivir a una zona de guerra. Incluso Lisa Nandy, ministra de Cultura del Partido Laborista, ha solicitado una investigación exhaustiva para determinar qué sabía la BBC y en qué momento.
Mientras tanto, la policía antiterrorista investiga si los fondos pagados por Hoyo Films a la familia de Abdullah terminaron en manos de Hamás, grupo designado como organización terrorista por el gobierno británico. La producción del documental costó 400.000 libras esterlinas (515.000 dólares) y fue financiada por los contribuyentes.
Ante la crisis, la BBC emitió una disculpa sin precedentes, y su presidente, Samir Shah, reconoció el escándalo como “una daga en el corazón de la afirmación de la BBC de ser imparcial y confiable”.
David Collier cree que este puede ser un punto de inflexión para la cadena. “Desde el principio supe que los tenía”, asegura. Inicialmente, la BBC argumentó que era imposible verificar los antecedentes de todos los protagonistas en Gaza, pero Collier rechaza esa defensa: “Eso es ridículo. Si yo pude hacerlo desde mi computadora, ellos también”.
Para el periodista, este caso refleja problemas sistémicos en la corporación. “Intentan equiparar una democracia liberal con una organización terrorista islamista”, denuncia. Según Collier, la BBC plantea un falso equilibrio entre Israel y Hamás, como si ambos fueran fuerzas opuestas con los civiles palestinos en medio.
“El problema es que presentan a Hamás como algo separado de los palestinos, como si hubiese caído del cielo”, explica. “Hacen lo mismo con Hezbolá en el Líbano”.
Collier atribuye esta narrativa a cambios demográficos en el Reino Unido. “Hoy hay millones de familias que no vivían aquí hace 30 años. Ven a un combatiente de Hamás y a un soldado israelí como lo mismo. Ese es el público al que atiende la BBC”, sostiene.
Según sus fuentes dentro de la corporación, la cobertura está sesgada: “Por cada historia que simpatiza con Israel, hay al menos una docena en sentido contrario. Es una sala llena de periodistas activistas, compitiendo por encontrar nuevas formas de demonizar a Israel”.
La BBC manipuló traducciones en su documental sobre Gaza

El sesgo antiisraelí en Gaza: Cómo sobrevivir a una zona de guerra no solo se reflejó en la selección de temas relacionados con Hamás, sino también en la manipulación de traducciones, afirma David Collier. Según su investigación, los creadores del documental alteraron el significado de términos en árabe para suavizar el mensaje dirigido al público británico. Palabras como “judíos” fueron sustituidas por “israelíes” en los subtítulos, y el término “yihad” fue eliminado por completo.
“Después de 20 años de prejuicios, los judíos británicos odian a la BBC”, sostiene Collier. “Pero al menos hemos logrado exponer su arrogancia y su incapacidad para reconocer sus propios errores y obsesiones”.
Como ejemplo del doble rasero en la cobertura de conflictos, Collier compara la atención mediática entre Gaza y la República Democrática del Congo. “Mueren más personas diariamente en la RDC que en Gaza, pero no lo sabrías porque no hay 100.000 cámaras allí”, señala. (Nota del editor: La BBC cubre regularmente la guerra en la República Democrática del Congo).
El tratamiento informativo de la guerra en Gaza es único, asegura el periodista. Mientras la BBC se mostró crítica en otros conflictos, como la guerra civil en Siria o la invasión rusa en Ucrania, en Gaza permitió que los realizadores del documental operaran junto a Hamás. “¿Por qué ocurre esto?”, cuestiona Collier. “No estuvieron integrados con las fuerzas de Assad en Siria, ni con ISIS en Irak, ni con los rusos en Ucrania”.
A pesar del escándalo, mantiene la esperanza de que la presión pueda generar cambios dentro de la BBC. “Todavía hay gente buena en la corporación que puede rescatarnos si se les permite actuar”, opina. Aunque algunos proponen desfinanciar a la cadena, Collier prefiere una estrategia diferente: “Bajen sus expectativas. Lo importante es que ya no puedan evaluarse a sí mismos”.
El impacto del escándalo alcanzó incluso la esfera política internacional. Durante la visita del primer ministro británico, Keir Starmer, a la Casa Blanca, el tema surgió en su reunión con el presidente Donald Trump. “No es algo que se pueda ignorar y volver a lo de siempre”, resalta Collier. “Hubo demasiados errores catastróficos en la toma de decisiones. Literalmente, los atrapé en la cama con Hamás”.
Figuras mediáticas que inicialmente defendieron el documental ahora guardan silencio. Cineastas como Ken Loach y Mike Leigh, junto con el exfutbolista Gary Lineker, estuvieron entre las 500 personalidades que firmaron una petición para evitar la retirada del documental.
Collier observa con satisfacción este cambio de actitud: “Se hicieron quedar como unos tontos”.