Fuerzas israelíes capturaron al corresponsal de la BBC en árabe, Feras Kilani, ciudadano británico, junto a seis colegas en el sur de Siria el 9 de mayo. La detención ocurrió tras filmar cerca de posiciones militares en una zona de amortiguamiento patrullada por la ONU, cerca de Quneitra, según informó la cadena.
El grupo de periodistas documentaba operaciones del ejército israelí en los Altos del Golán. Conformado por dos iraquíes, cuatro sirios y un camarógrafo freelance, el equipo trabajaba en áreas próximas a un puesto de la Fuerza de Observación de la Separación de las Naciones Unidas (FNUOS). Un funcionario de la ONU les advirtió que las fuerzas israelíes habían solicitado sus identidades y sabían de su afiliación con la BBC.
Al avanzar hacia Quneitra, el equipo halló un puesto de control sin vigilancia, a 200 metros de la ciudad. Allí observaron tanques Merkava, uno con una bandera israelí, y soldados en una torre cercana. Kilani mostró su credencial de la BBC, pero un vehículo blanco llegó y cuatro soldados descendieron con rifles apuntándoles. “Nos encañonaron en la cabeza y ordenaron dejar la cámara al lado del camino”, relató Kilani. Antes de que confiscaran sus teléfonos, envió un mensaje a sus colegas en Londres.
Escoltados a Quneitra, los periodistas quedaron detenidos en un cruce próximo a los Altos del Golán ocupados por Israel. Las fuerzas revisaron las imágenes de las cámaras mientras un soldado apuntaba a Kilani. Tras dos horas, un hombre no identificado lo interrogó por teléfono en árabe entrecortado. “Preguntó por qué filmábamos posiciones militares israelíes”, dijo Kilani. “Expliqué que era periodista británico de la BBC y detallé nuestro trabajo”.
Posteriormente, trasladaron al grupo a un edificio que había servido al ejército sirio. Un oficial de alto rango, que hablaba árabe palestino con fluidez, aseguró a Kilani que no lo esposarían ni vendarían, a diferencia de sus colegas. No obstante, lo obligaron a desnudarse hasta la ropa interior para un registro. “Inspeccionó incluso mi ropa interior, revisó mi ropa y luego me interrogó sobre mis hijos y sus edades”, narró.
Kilani describió el impacto emocional al ver a sus colegas atados y con los ojos vendados, sometidos a interrogatorios similares. “Le supliqué al oficial que los liberara, y prometió hacerlo tras los interrogatorios”, afirmó. Durante horas, revisaron sus teléfonos y computadoras, borraron fotos personales y los amenazaron con “peores consecuencias” si se acercaban nuevamente a la frontera siria o publicaban imágenes no eliminadas.
A las 9 de la noche, liberaron al grupo. Vehículos israelíes los escoltaron a un camino rural cerca de Quneitra, donde les devolvieron sus teléfonos. “Perdidos en la oscuridad, sin señal ni internet, condujimos hasta un pueblo”, escribió Kilani. Con ayuda de lugareños, llegaron a Damasco 45 minutos después.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ocupan nueve puestos en el sur de Siria desde la caída del régimen de Assad en diciembre. Estas posiciones, dentro de una zona de amortiguamiento de la ONU, buscan capturar armas que podrían caer en manos de “fuerzas hostiles”, según Israel. Las tropas operan hasta 15 kilómetros dentro de territorio sirio.
La BBC presentó una queja formal ante el ejército israelí, pero no ha recibido respuesta. Las FDI no emitieron comentarios sobre el incidente.