Se han descubierto docenas de pares de tefilín escondidos en un búnker previamente descubierto en el Gueto de Varsovia, informó Israel Hayom.
Los tefilín tienen un siglo de antigüedad pero están bien conservados, y parecen haber sido colocados en el búnker por los judíos que se escondieron allí durante el Holocausto. Aunque los judíos fueron sacados del búnker y probablemente asesinados, los tefilín permanecieron en su escondite.
El búnker fue construido por los rebeldes del gueto de Varsovia.
El descubrimiento se produce cuando las autoridades polacas iniciaron una renovación de la ciudad, destruyendo los edificios del Gueto de Varsovia para construir edificios residenciales. Durante la construcción, se descubrió la entrada a un búnker, lo que llevó a los trabajadores a investigar.
Cuando uno de los trabajadores bajó al búnker para limpiarlo, descubrió docenas de pares de tefilín escondidos en un rincón detrás de libros y otros objetos.
Los representantes del Instituto Shem Olam, repartidos por toda Europa, se enteraron del descubrimiento a través de contactos locales con los que se mantienen en contacto para recabar información sobre estos casos.
Los representantes se dirigieron en secreto a los trabajadores de la construcción, pidiéndoles que entregaran los tefilín encontrados. Tras largas negociaciones y la promesa de mantener su cooperación en secreto ante las autoridades polacas, los tefilín fueron entregados a los representantes. La tarea de transferir los tefilín se hizo en secreto pero en las narices de las autoridades. Hace poco tiempo, los tefilín llegaron a Israel y se sometieron a una limpieza y conservación en Shem Olam.
“El descubrimiento de docenas de pares de tefilín concentrados en un solo lugar atestigua el estilo de vida judío que mantenían cuidadosamente en el gueto”, dijo el director de Shem Olam, el rabino Avraham Krieger. “A pesar de los horrores y la brutal realidad en la que vivían, seguían manteniendo las tradiciones y costumbres en las que se habían criado”.
“El número de pares de tefilín atestigua los rezos subterráneos (en quórum de 10 hombres para la oración), que lograron mantener dentro del búnker, bajo tierra y en las narices de los nazis. Los tefilín estaban escondidos junto a las armas y el equipo que servía a los rebeldes del gueto de Varsovia, lo que atestigua la importancia que tenían a los ojos de los judíos”.