Introducción
Antes de comenzar, quiero aclarar que mi principal objetivo con este escrito es dejar bien en claro cómo fue la historia y el desarrollo de la Shoah, el capítulo más oscuro de la historia. Esto es, para informar al lector sobre este tema que no debería ser ignorado ya que, si la humanidad olvida sus errores, está condenada a repetirlos. Pero peor que ignorar es negar. Únicamente personas extremamente desinformadas (a quienes tenemos la obligación de informar) creen que la shoah no existió o que es un hecho ficticio; el resto son personas antisemitas que por apoyo a la idea nazi la niegan rotundamente con la intención de hacerle creer a la gente que Adolf Hitler y su gente eran buenas personas incapaces de hacerle daño a nadie. Un ejemplo claro de esto, es la página web http://es.metapedia.org. Esta es una enciclopedia libre al estilo de Wikipedia que puede ser editada por cualquiera; pero, por detrás de esta mascara, si comenzamos a explorar algunos artículos, podemos fácilmente darnos cuenta que está plagada de ideas ultra derechistas como lo son el nacionalismo blanco, la supremacía blanca y el neonazismo; además, aunque dice ser una enciclopedia libre, es en vano tratar de modificar su contenido; ya que aunque puede ser que este se mantenga en línea por un corto periodo de tiempo, luego será quitado por los correctores de la página.
Por eso es necesario que la gente esté bien informada; ya que cualquier persona que no tenga el tema muy claro, puede caer en las mentiras de cualquier negador de la Shoah como es esta horrorosa página web que te enseña a Hitler como un militar, político, pintor, ideólogo, filósofo, revolucionario y estadista alemán que estableció un gobierno nacionalsocialista (omitiendo totalmente que fue un genocida antisemita) y habla de las “presuntas” y “supuestas” cámaras de gas nazis negándolas totalmente y contando sobre ellas como si fueran una farsa mientras que dice textualmente “Las cámaras de gas que realmente existieron, se usaron como pena capital en Estados Unidos”. Pero, aun conociendo la ideología extremista que poseen estas personas, ¿no cuesta creer que en pleno siglo XX un grupo de hombres se decidió a exterminar por completo a otro grupo de hombres con la excusa de que su religión los hacia racialmente inferiores? ¿No es más raro aún pensar que muy poca gente se interpuso entre ellos y su fin?; ¿Cómo es posible que haya sucedido la Shoah?
Antes de responder esta última pregunta es necesario entender completamente el significado del término Shoah. Al hablar de Shoah nos referimos a la persecución y el asesinato sistemático burocráticamente organizado de aproximadamente seis millones de judíos por el gobierno nazi y sus colaboradores entre los años 1933 y 1945. Mal y vulgarmente, en español, este hecho es llamado Holocausto que en realidad, etimológicamente en griego (holos = todo, kaustos = quemado) significa «quemarlo todo», y su uso era sobre todo bíblico; y refería a un sacrificio en el cual un animal era quemado en su totalidad en homenaje a dios; pero bien se sabe, que las atrocidades hechas por los nazis no fueron ningún sacrificio, fueron un terrible genocidio que al llamarlo sacrificio lo desgravamos atrozmente. Por eso, lo correcto es llamarlo Shoah (שואה), un término hebreo que define literalmente a una catástrofe, una total catástrofe. Una catástrofe es un suceso desdichado en el que se produce gran destrucción y muchas desgracias con grave alteración del desarrollo normal de las cosas. Conociendo estas definiciones y la gravedad de los hechos, es fácil darse cuenta de la equivocación al llamar a este oscuro capítulo de la humanidad Holocausto y no Shoah.
Además, es fundamental comprender que la Shoah no es algo que “sucedió”. Al buscar “suceder” en el diccionario, podemos claramente notar que dice: Producirse [un hecho] de forma espontánea; pero bien sabemos, que la Shoah no fue ninguna coincidencia ni fue algo espontaneo; fue una serie de medidas, acciones, comportamientos, torturas y asesinatos fríamente planificados y calculados por el Gobierno de turno alemán que recibió apoyó y poder de una gran parte de la sociedad Alemana; por lo que la verdadera pregunta sería: ¿Cómo es posible que se haya producido/desarrollado la Shoah?
Desarrollo
La respuesta a esta pregunta puede ser respondida con un simple cálculo: Crisis + Odio (a una minoría) = Chivo Expiatorio (grupo a quien culpar por una situación desagradable). Cuando terminó la primera guerra mundial, Alemania quedó destruida debido a que, en 1919, cuando se firmó el tratado de Versalles en el que se responsabilizaba a Alemania de la primera guerra mundial, se le obligaba a limitar su ejército a mínimas cantidades y, más importante, a pagar una enorme suma de dinero anual por las reparaciones de guerra a los vencedores además de una gran parte de la producción agrícola ganadera e industrial sumada a una parte de los ingresos de exportación. Las consecuencias de este tratado sumadas con la pérdida de 70.570 kilómetros cuadrados, más de 7 millones de habitantes y todo su imperio colonial generaron que Alemania acabe arruinada y políticamente humillada además de llena de desocupados; estaba en una terrible crisis. La República de Weimar (nombre de la comúnmente llamada Alemania de 1919 a 1933; llamada así debido a su reciente constitución, declarada cuando la primera guerra mundial ya había terminado, que definía al Estado como una República) estaba literalmente destruida; en todo sentido.
![Otto Frank cuando regresa a casa después de la Primera Guerra Mundial](https://israelnoticias.1eye.us/wp-content/uploads/2019/01/soldaat-pfeffer-a-foto.jpg)
la Primera Guerra Mundial
Además, el antisemitismo que existió desde el comienzo del judaísmo en todo el mundo demostrado con la esclavización, fragmentación, expulsión, persecución e intentos de destrucción a lo largo del tiempo de este pueblo a mano de distintos imperios entre los que se encontraron los egipcios, asirios, babilonios, griegos, romanos y españoles; sumado con una infinidad de teorías conspirativas muchas veces contradictorias, supersticiosas y sin fundamentos entre las que se encontraban: controlar el cosmopolitismo; tener un complot que les permite obtener un control total del mundo político; ser explotadores capitalistas y agentes de las finanzas internacionales y a la vez ser agitadores revolucionarios; tener mentalidad materialista; actuar como agresores militantes y al mismo tiempo ser pacifistas cobardes; adherirse a una religión supersticiosa mientras que son agentes del modernismo; tener una naturaleza humana inferior pero ser arrogantes; y ser culpables de la crucifixión de Jesús.
También, en Alemania, se culpó a los judíos de la perdida de la primera guerra mundial y de haberse beneficiado de esta, aunque muchos de estos pelearon como cualquier alemán con el objetivo de ser incluidos en la sociedad, un claro ejemplo es Otto Frank, el padre de Ana Frank, él sirvió al ejército alemán en el frente oeste, consiguió el grado de teniente y hasta llegó a recibir la condecoración de la cruz de hierro. Igualmente, a pesar de haberle servido a su país tan valientemente, más tarde él y su familia fueron perseguidos y su familia asesinada a manos de los nazis, afortunadamente, él logró sobrevivir.
Todo esto generó que el antisemitismo sea una parte fundamental de la cultura general y ordinaria de todos o la gran mayoría de los habitantes europeos. Teniendo en cuenta estas cualidades de la sociedad, no es tan raro pensar que surgió un partido político, Partido Nacionalista Obrero Alemán o NSDAP (por sus siglas en alemán) o simplemente Nazi en 1919 liderado por Adolf Hitler. Este partido contaba con una ideología totalmente discriminativa que detestaba, odiaba y consideraba inferior a cualquier persona que no fuese de la raza aria, en especial a los judíos. A estos, como lo demostró Hitler en su primera declaración el 16 de septiembre de 1919 los veía como un grupo totalmente racial y no religioso que debía ser exterminado; su principal objetivo: la extirpación completa de los judíos.
![Bandera del Partido Nazi](https://israelnoticias.1eye.us/wp-content/uploads/2019/01/descarga.png)
Todo aquel que tuviese un abuelo o abuela judía era considerado parte de esa “raza inferior” independientemente de sus creencias personales. Además, los describe como un grupo que se conservó a través de miles de años de endogamia y que solo estaba en busca del dinero y del poder. «El resultado de ello es que una raza de no alemanes vive entre nosotros con sentimientos, pensamientos y aspiraciones propias, y tiene los mismos derechos que nosotros» escribió, a modo de queja, Hitler en su declaración. Durante los años que le siguieron a la creación de este desagradable partido político nacido en Baviera; con sus fundamentos nacionalistas, racistas y antisemitas, este se fue desarrollando, con un área de acción minimizada al Estado con capital en Múnich, gracias a la diaria actividad de sus militantes; muchos de ellos veteranos de guerra alemanes con creencias anticomunistas y antisemitas que les atraía la idea de una revolución nacional.
Las ideas de los militantes eran expuestas frecuentemente por Adolf Hitler y otros líderes políticos que en conjunto creían que era necesario tomar medidas contra los judíos. Estas ideas desembocaron en el 8 y 9 de noviembre de 1923 en un intento de golpe militar llamado Putsch de Múnich en el que los partidarios del NSDAP marcharon por las calles de Múnich con el objetivo de someterla y luego marchar hacia Berlín: El 8 de noviembre a las 20:30hs el destacamento de guardias personales de Hitler, entraron por la fuerza a la cervecería Bürgerbräu Keller donde el gobernador de Baviera, Gustav von Kahr estaba dando un discurso a tres mil personas. Cuando la cervecería ya estaba tomada, Adolf Hitler entró, seguido de sus copartidarios Hermann Göring, Alfred Rosenberg y Rudolf Hess y disparó un tiro al techo y grito “¡La revolución nacional ha comenzado!”. Acto seguido, rodeado de guardias armados, se abrió paso hasta el frente, le dirigió algunas palabras a la multitud y obligó a tres gobernantes barbaros; Otto von Lossow, general del ejército alemán; Hans Ritter von Seisser, coronel y líder de la Policía; y Gustav von Kahr, un político alemán, a que fueran a una sala contigua. Allí los intimidó a punta de pistola para que respaldaran su golpe de Estado; luego Hitler regresó a la sala principal y se dirigió a la multitud. Inmediatamente se declaró un Gobierno provisorio. Al amanecer del 9 de noviembre el putsch fue puesto en marcha.
Afortunadamente, este golpe no pasó a mayores si no que fue derrocado por la policía. Esto fue debido a que el éxito del golpe consistía principalmente en la toma de oficinas estatales, centros de comunicación y del uso de la autoridad del triunvirato para hacer intervenir a los militares y a la policía; aunque los rebeldes lograron dominar temporalmente algunas oficinas, entre las que estaban la sede municipal de la Reichswehr y el cuartel de la policía de Múnich, no pudieron tomar otros centros clave. Además, otro factor que favoreció a su derrota fue que, al ser liberados, los gobernantes barbaros, que suplicaron salir con la excusa de querer ayudar en el putsch, dieron órdenes a la policía de reprimir el movimiento rebelde (cosa que pudieron hacer ya que los nazis no habían podido hacerse con los medios de comunicación de la ciudad). Al saber que las fuerzas de seguridad ya estaban tras ellos, Erich Ludendorff, le propuso a Hitler un cambio de planes: Marchar hacia el centro de la ciudad. Hitler accedió. 2000 nazis y otros miembros de Kampfbund, en español liga de combate (nombre de la coalición nacionalista völkisch y radical incluidos los nazis), fueron liderados por Hitler hacia la Feldherrnhalle, una logia situada en el centro de Múnich en honor al ejército alemán.
Una vez allí, la policía al ver que los rebeldes no cedían ante sus órdenes de desistir con la marcha, se les enfrentaron. No se sabe quién disparó primero, pero es un hecho que se generó un tiroteo en el que fallecieron catorce nazis y cuatro oficiales de policía y le puso terminó al golpe de Estado en la ciudad. Tras el fallido Putsch, el Gobierno prohibió el Partido Nazi, sus formaciones y su periódico. Tres días después, Hitler y algunos de los conspiradores que no habían escapado hacia Austria fueron encarcelados. Aunque Hitler fue condenado por alta traición, los jueces le dieron la condena más baja posible; en la cárcel de mínima seguridad Landsberg por solo 5 años, de los cuales cumplió solo 8 meses. Al fin y al cabo, esta condena poco proporcional, terminó beneficiando a Hitler ya que además de tener privilegios (le permitían vestir de civil, reunirse con otros presos, enviar y recibir una gran cantidad de cartas y utilizar los servicios de su secretario personal también condenado por alta traición), obtuvo publicidad (gracias al juicio comenzó a tener una gran cantidad de seguidores) y le dio tiempo para abrir su mente y cambiar su estrategia: penetrar en el Gobierno de acuerdo con la constitución, de manera legal, para después destruirlo desde adentro. También, en este tiempo Hitler plasmo sus ideas políticas extremistas en un libro que tituló Mein Kampf (en español “Mi Lucha”) que luego fue publicado el 18 de julio de 1925.
Luego de su temprana liberación; Hitler mostró su “compromiso público” por llegar al poder por medios legales, por lo que logró inducir a las autoridades a levantar la prohibición contra su partido en 1925. En los tres años siguientes, Hitler se ocupó de realizar una cuidadosa reestructuración organizativa del Partido Nazi.
El 24 de octubre de 1929 se derrumbó la bolsa de Nueva York trayendo como consecuencia una crisis a nivel mundial, esto produjo que en Alemania en junio de 1932 haya 6 millones de desempleados; lo que generó un crecimiento del Partido Nazi a una velocidad increíble que le permitió ganar los votos de casi el 40% del electorado en las elecciones del Reichstag (parlamento alemán) de Julio de ese mismo año y por lo consecuente convertirse en el partido más grande del parlamento alemán. Seis meses después, el 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller –jefe de Gobierno alemán- por el presidente alemán Paul von Hindenburg.
Más tarde, el 28 de febrero, Hitler convenció al presidente de promulgar decretos de emergencia (provistos por la constitución de Weimar permite al presidente suspender una serie de derechos civiles planteados en la misma constitución como la libertad de expresión, y la necesidad de un procedimiento judicial para la encarcelación de un sujeto con el fin de que el presidente posea más herramientas para sacar el estado de la emergencia). Luego el 22 de marzo, la SS estableció el primer campo de concentración en las afueras de Dachau destinado a la encarcelación de la oposición política al régimen y un día después, el parlamento alemán aprobó la Ley de Habilitación que confirió a Hitler la capacidad para implantar una dictadura en Alemania.
![Estrella con la que eran marcados los judíos](https://israelnoticias.1eye.us/wp-content/uploads/2019/01/250px-Judenstern_JMW.jpg)
Teniendo control total sobre el Estado, Hitler se ocupó de hacerles la vida imposible a los judíos. Entre 1933 y 1939 se aprobaron en Alemania más de 1.400 leyes contra los judíos entre las que se encontraron: la declaración de que un judío es todo aquel que desciende de al menos tres abuelos que son “racialmente judíos completos”, la supresión de su ciudadanía alemana junto con sus derechos políticos y su capacidad para ocupar puestos públicos, la prohibición a las relaciones matrimoniales, sexuales y laborales entre judíos y “ciudadanos de sangre alemana”, la prohibición a que los judíos recibieran nombres no listados en las directivas del Ministerio del Interior y que si querían hacerlo tuviesen que adoptar un nombre adicional fijado: para los hombres Israel y para las mujeres Sara; y la prohibición a todo judío mayor de 6 años a mostrarse en público sin una estrella judía (Maguén David) amarilla con bordes negros equivalente al tamaño de la palma de una mano con la inscripción Jude en el centro. Pero aún peor que estas medidas fueron aplicadas en los más de 40 mil campos de concentración – de trabajo y de exterminio- establecidos por los nazis como eran Auschwitz-Birkenau, Belzec, Chelmno (Kulmhof), Majdanek, Sobibor y Treblinka en los que millones de judíos fueron asesinados fríamente en las cámaras de gas, fusilados o por inanición principalmente.
Durante la Shoah murieron 6 000 000 (seis millones) de judíos en un intento de aniquilación desquiciada e inhumana. No dejemos que esto ocurra de nuevo.
Conclusión
Hay que ser muy inteligente para entender el valor de una vida, entender el valor de millones es casi imposible. Tratemos… Imagine que un día despierta en una ciudad, Buenos Aires por ejemplo, y no escucha un solo ruido excepto el de su respiración; sale a la calle y la misma situación continua, no hay un solo auto en movimiento ni nadie caminado, solo usted que termina por comprender que está completamente solo; que de los 2,891 millones de habitantes que viven en Buenos Aires, usted es el único que sigue con vida, el resto está muerto en sus camas. Recorre kilómetros y kilómetros sin encontrar un solo signo de vida humana, pasa por Palermo y no hay una sola persona con quien conversar, se va para Belgrano y descubre que las barrancas están completamente vacías en este hermoso día de sol, camina por Recoleta y se encuentra con que nadie está visitando las ferias artesanales, se va para el centro y no se encuentra con un solo ejecutivo o vendedor, recorre Puerto Madero y no ve a nadie en la costanera disfrutando de la vista, sigue caminando cada vez más desesperado y llega a San Telmo y se da cuenta de que los negocios de antigüedades están vacíos y que nadie camina por sus estrechas calles, llega a la Boca, camina por la rivera del riachuelo solo, entra a la cancha de fútbol del Club Boca Juniors y se sorprende al ver de que no están los jugadores del partido programado para el día ni los miles de espectadores que suelen disfrutar de los partidos; no hay nadie. Sigue recorriendo la ciudad, barrio por barrio en busca de ayuda, pero no la consigue y un sentimiento de terror ataca su cabeza: ya no tienes familia, amigos, vecinos o cualquier persona con la que hablar.
Ahora deje de pensar en usted mismo e imagínese la cantidad de vidas que se perdieron en una sola noche. Entienda que cada persona es un mundo e imagínese a conciencia la cantidad de mundos que se perdieron. Piense que un día usted simplemente por ser usted, es borrado de la faz de la tierra y todo eso se desvanece, su historia desaparece ¿Cómo lo hace sentir? ¿Qué sentirían sus seres queridos?
En la Shoah ocurrió algo similar, 6 millones de judíos, lo que equivaldría a un poco más de dos ciudades de Buenos Aires, desaparecieron, antes de tiempo, asesinados a sangre fría; no tuvieron la oportunidad de completar sus planes o sus deseos ni pasar tiempo con su familia y amigos ni mucho menos de vivir una vida plena; simplemente un día, sin preguntarles, les arrebataron la vida con toda su personalidad para dejar solo un cuerpo a quien recordar.
Pero este gigantesco número como es 6 millones es imposible de entender o de imaginar, la única manera de hacerlo es desnumerizarlo, un número es solo un símbolo que no dice nada, pero si lo cambiamos a algo más tangible quizás podamos entenderlo. Como dijimos antes cada persona es un mundo, cada uno con una vida privada, una rutina, amigos, familia, cumpleaños que festejar, comidas por comer, ideas, planes, dudas, preocupaciones, problemas por resolver, ilusiones, fantasías, deudas que pagar, familia que mantener, gente por la que se preocupaba, gente que se preocupaba por él y miles de cosas más. Todo lo recién enumerado le concernía nada más ni nada menos que a una única persona, trate de multiplicarlo por diez; ¿parece mucho no? Ahora por cien ¿ya le es imposible no? Ahora entienda que lo que acaba de imaginarse es una pequeñísima porción de las vidas perdidas durante la Shoah.
Respondiendo a la pregunta inicial, no podemos culpar únicamente a los nazis por la Shoah, ellos y sus actos solo fueron la creación y reflejo del pensamiento general alemán y mundial. Sus acciones, fueron exclusivamente consecuencia de la indiferencia e inacción del resto del mundo que, al no entender el valor de una vida, no hicieron nada para detener la muerte de millones de ellas hasta que fue demasiado tarde. No hay que equivocarse al pensar que nadie sabía la situación en Alemania en 1933 o algunos años antes cuando todavía era fácil de detener, la realidad es más triste: todos sabían y a nadie le importó, se miraron el ombligo e hicieron la vista gorda al asesinato de miles y miles de personas. Un ejemplo de esto es Estados Unidos, que, hasta el 7 de diciembre de 1941, cuando Hawaii fue atacado por Japón, la guerra les parecía lejana e insignificante al tal punto de que hasta que esta no los toco directamente, no hicieron nada para impedir la muerte de miles de inocentes. Si se hubieran preocupado a tiempo millones de judíos hubieran podido ser salvados del exterminio.
Ahora que usted entiende el valor de una vida y conoce la verdad de todo lo sucedido, tiene en sus manos la responsabilidad de transmitirlo y condenar la indiferencia hacia el antisemitismo. Si nos aseguramos de que esta catástrofe no pase a la historia para ser olvidada poco a poco, podemos garantizarles a nuestros descendientes no tener que vivir una Shoah de nuevo. La Shoah fue una catástrofe que se desarrolló a la vista de todos los que no querían verla, si hay conciencia es imposible que vuelva a suceder.
Para preguntas/conclusiones/reflexiones sobre este escrito contactar a tomaspolakoff@gmail.com