En su segunda comparación con el Holocausto en tres meses, el presidente argentino Alberto Fernández ha provocado las críticas de los líderes de la comunidad judía.
La semana pasada, Fernández comentó: “Todavía no sabemos cuántas personas han perecido en la pandemia”. Hablaba en un evento sobre diversidad e inclusión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Según la ONU, han perecido entre 6 y 10 millones de personas. Lamentablemente, no tenemos un recuento 100 % preciso. Estimamos que la pandemia ha causado la muerte de al menos un Holocausto. Hay mucha gente aquí.
La DAIA, el grupo que aglutina a la comunidad judía en Argentina, la Liga Antidifamación y B’nai Brith Internacional emitieron fuertes condenas al comentario poco después de que se hiciera público.
Una vez más, desde la primera magistratura de la República Argentina y al cierre de la cumbre de la CELAC, se ha vinculado la epidemia y sus trágicas repercusiones con el dolor único e incomparable que supuso el Holocausto, como tuiteó la DAIA.
Los tuits que comparan la actual pandemia con el Holocausto han sido calificados como “absolutamente inaceptables” por B’nai Brith International. “Nunca ha habido un desastre como este en la historia de la humanidad”.
En julio, Fernández se reunió con Dani Dayan, presidente de la autoridad y el memorial del Holocausto, Yad Vashem, en la Casa Rosada, la oficina del presidente argentino, para discutir el aumento del discurso de odio y el antisemitismo en el mundo.
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Dayan informó que Fernández “expresó un importante descontento” por la falta de justicia para las más de ochenta personas muertas en el atentado a la AMIA de 1994, dirigido a miembros de la población judía de Buenos Aires.
Fernández dijo al periodista judío Ernesto Tenembaum en mayo en Radio Con Vos: “La humanidad no es consciente de lo que ha sufrido”. Más de seis millones de vidas se han perdido en esta pandemia, casi igualando la cantidad de vidas perdidas en el Holocausto, que nunca será olvidado.
Numerosas personas públicas han utilizado analogías con el Holocausto al considerar la COVID-19, normalmente en el contexto de la regulación de las máscaras o las vacunas.