El académico dejó un legado en la interpretación de testimonios del Holocausto, evitando la mitificación de la tragedia.
“Una de las primeras cosas que aprendí es que no se puede generalizar sobre la experiencia del Holocausto”, expresó Lawrence Langer, destacado por analizar el genocidio desde la perspectiva de los supervivientes sin caer en sentimentalismos. Sus obras, como “Testimonios del Holocausto: Las ruinas de la memoria”, ofrecen un enfoque crítico sobre la memoria y el testimonio del Holocausto, rechazando la visión de supervivientes como “mártires” o “héroes”.
Langer, quien fue profesor emérito de inglés en la Universidad Simmons de Boston, se opuso a la visión de los “teóricos del trauma” que buscan aspectos positivos en tragedias, argumentando que esto distorsiona la realidad de las experiencias vividas. Murió el 29 de enero en un hospicio en Wellesley, Massachusetts, a los 94 años.
Nacido en Nueva York, Langer descubrió su vocación en 1964 tras visitar campos de concentración en Europa. Su carrera incluyó la publicación de importantes trabajos y la enseñanza del primer curso sobre literatura del Holocausto en Estados Unidos en 1965. Recibió múltiples reconocimientos por su contribución a los estudios del Holocausto.
Langer se asoció con Samuel Bak, pintor y superviviente del Holocausto, contribuyendo con ensayos críticos a las colecciones de arte de Bak. Publicó sus últimos libros en 2022, manteniéndose firme en su enfoque crítico hasta el final. Le sobreviven su esposa Sandy, sus hijos Andy Langowitz y Ellen Lasri, cinco nietos y tres bisnietos.
En reconocimiento a su impacto, el Journal of Holocaust Research le dedicó un número especial por su 90 cumpleaños, resaltando su influencia en el campo de la memoria, el testimonio y la literatura del Holocausto.