Cada año, el 16 de marzo, tiene lugar un desfile polémico en suelo europeo. Aunque muchas personas se preguntan por qué todavía existe, sigue adelante como se planea cada año. Este evento se llama “Día de conmemoración de los legionarios letones” y su objetivo es honrar al soldado que luchó por la Legión letona, que durante la Segunda Guerra Mundial fue parte de la Waffen-SS nazi. Miles de veteranos, que conmemoran el Día de la Legión, se ponen sus uniformes de las SS, símbolos del horror y la tragedia, y marchan orgullosos con la cabeza en alto en la plaza principal de la capital letona de Riga.
Uno de los mayores desafíos del recuerdo del Holocausto es llevar la información sobre las atrocidades que ocurrieron hace unos 80 años a la generación más joven. Es una tarea enorme, como lo demuestran las últimas encuestas, realizadas en todo el mundo, que revelan que un número increíblemente grande de personas no sabe o no cree que seis millones de judíos fueron asesinados en el genocidio nazi. Muchos nunca han oído hablar de Auschwitz. Esta es una estadística muy preocupante, que apunta a que la generación más joven es increíblemente ignorante acerca de los horribles eventos del Holocausto.
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Disminuir el conocimiento del Holocausto no es un problema educativo, sino social, ya que las personas tratan cada vez menos el Holocausto como una lección grave en la historia. Esto es evidente por el aumento de los ataques antisemitas en todo el mundo, que se han disparado en los últimos años. Los líderes políticos, las instituciones e incluso la gente común aceptan cada vez más los discursos de odio e incitación, que a veces llevan un tono de disculpa hacia los nazis y sus sucesores.
Mientras tanto, nuestra capacidad para combatir este fenómeno está disminuyendo. Los sobrevivientes del Holocausto se están muriendo a un ritmo sin precedentes y los que aún están vivos son física y mentalmente débiles para continuar contando sus historias que describen los horrores cometidos por el régimen nazi.
En pocos años no quedará un solo sobreviviente del Holocausto. La responsabilidad pesada de mantener la memoria viva será asumida por sus hijos, nietos y bisnietos, para recordar al mundo a dónde puede conducir el antisemitismo, el racismo, el odio y la ignorancia.

Los viejos nazis letones, sin embargo, no son los únicos que marchan en medio de la primavera en Europa, también lo hacemos. Cada año, decenas de miles de judíos vienen a Polonia a marchar en lo que solía ser un horrible campo de exterminio donde murieron más de un millón de hombres, mujeres y niños judíos. Seguiremos marchando hasta que todos en el mundo sepan qué es Auschwitz y qué tipo de atrocidades tuvieron lugar allí.
Esta es nuestra carga, esta es nuestra misión y esta es nuestra contribución indispensable a la humanidad en su conjunto.