El presidente de Argentina, Javier Milei, aseguró a funcionarios del Centro Simon Wiesenthal su plena colaboración para acceder a documentos relacionados con la financiación de las llamadas “rutas de escape” utilizadas por nazis para huir de Europa tras el Holocausto. El compromiso fue asumido el martes en la Casa Rosada durante una reunión con activistas.
Desde hace décadas, organizaciones como el Centro Simon Wiesenthal han buscado registros sobre las rutas clandestinas que permitieron a miles de nazis eludir la justicia tras la Segunda Guerra Mundial. Se estima que hasta 10.000 criminales de guerra fascistas lograron refugiarse en Argentina y otros países sudamericanos.
El rabino Abraham Cooper, decano asociado del Centro Simon Wiesenthal, destacó la rapidez con la que Milei actuó en comparación con gobiernos anteriores. Según Cooper, el mandatario argentino es el primero en avanzar con determinación para esclarecer la relación del país con los nazis antes, durante y después del Holocausto.
La semana pasada, Milei también ordenó dos días de duelo nacional por los rehenes asesinados Shira Bibas y sus hijos, Ariel y Kfir. Como parte del homenaje, el jueves por la noche se proyectó una imagen de la familia en un obelisco del centro de Buenos Aires.
Durante el encuentro del martes, Jonathan Missner, socio gerente del bufete Stein, Mitchell, Beato & Missner, entregó a Milei una carta del senador estadounidense Charles Grassley, presidente del Comité Judicial del Senado de EE. UU. En el documento, se solicitó la cooperación del mandatario para esclarecer la estructura y financiación de las rutas de escape nazis. Una copia fue enviada al presidente estadounidense Donald Trump.
Missner y su firma han trabajado durante años en la búsqueda de justicia para víctimas de Irán y grupos terroristas como Hezbolá. La firma representa al Centro Simon Wiesenthal en el caso de las rutas de escape en Argentina y otros asuntos relacionados.
Documentos clave podrían revelar redes de escape nazis en América
Varios países de América, incluidos Canadá, Estados Unidos y México, recibieron a nazis que huyeron tras la Segunda Guerra Mundial. También encontraron refugio en Australia, España y Suiza. En algunos casos, agencias de inteligencia de Estados Unidos utilizaron estas rutas para extraer científicos nazis y evitar que fueran captados por la Unión Soviética.
Dos rutas principales facilitaron la fuga. Una de ellas conectaba Alemania con España antes de cruzar el Atlántico hacia Argentina. La otra pasaba por Roma y Génova antes de llevar a los fugitivos a América. Estas vías clandestinas contaron con apoyo extraoficial de funcionarios del Vaticano desde 1942, originalmente para ayudar a católicos perseguidos en Europa.
Missner advirtió que, durante décadas, gobiernos y corporaciones multinacionales encubrieron a los nazis, les facilitaron el ocultamiento de fortunas saqueadas y les evitaron enfrentar la justicia. Como resultado, muchos criminales de guerra llevaron vidas libres mientras sus víctimas jamás obtuvieron justicia.
Argentina albergó a unos 5.000 nazis, entre ellos Adolf Eichmann, pieza clave del Holocausto, y Josef Mengele, médico de Auschwitz. En 1948, Mengele escapó de Europa con un pasaporte falso bajo el nombre de Helmut Gregor.
Cooper subrayó la importancia de estos documentos para esclarecer el papel de quienes financiaron y facilitaron la huida de criminales de guerra. Sostuvo que obtener justicia es esencial para honrar a las víctimas del Holocausto y, en un contexto posterior al 7 de octubre, también es clave para exigir responsabilidad a quienes participaron en estas redes de encubrimiento.
Debate sobre impacto de la apertura de archivos nazis en Argentina
No todos los expertos en justicia del Holocausto consideran que la decisión de Argentina marque un hito significativo.
Efraim Zuroff, exdirector de la oficina del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén, restó importancia a la medida, señalando que la apertura de archivos solo beneficiará a los historiadores. Según Zuroff, todos los criminales nazis y sus colaboradores ya han muerto, por lo que la información no tendrá un impacto en la justicia actual. También recordó que el libro La verdadera Odessa, de Uki Goni, ya reveló la identidad de muchos criminales y sus cómplices en Argentina.
Sin embargo, Missner argumentó que el valor de la decisión de Milei va más allá de la identificación de culpables. Afirmó que las acciones del presidente demuestran un compromiso claro con la comunidad judía y con la transparencia.
Investigadores sostienen que el respaldo a los criminales de guerra nazis en Argentina llegó hasta el gobierno de Juan Perón, quien mostró rechazo a los juicios de Núremberg y permitió el establecimiento de las rutas de escape. Además de alemanes, la red de protección incluyó a criminales de Hungría, Croacia y otras naciones.
Missner destacó que Milei busca enfrentar la historia de colaboración nazi de Argentina con una apertura total de archivos. También subrayó que la misma postura de transparencia respalda su determinación de esclarecer el atentado a la AMIA.