La historia de Sol Nayman, superviviente del Holocausto, se entrelaza con su añorado pueblo natal, Stoczek, al que regresa como único judío local después de 84 años.
La añoranza de un tiempo perdido
Stoczek, ese rincón de Polonia donde Sol Nayman dejó su infancia, era un lugar de convivencia pacífica entre judíos y no judíos antes de la llegada del nazismo. La vida en el pueblo cambiaría drásticamente con la llegada de las tropas alemanas y la posterior aniquilación de la comunidad judía.
El destino llevó a Nayman a Canadá, donde prosperó como empresario y cofundador de Club Monaco, una cadena de tiendas de moda masculina. A pesar de su éxito, el recuerdo de su pueblo natal lo acompañaría durante décadas.
El reencuentro con la tierra que lo vio crecer
Emocionado, Nayman volvió a pisar el suelo de Stoczek, acompañado de 100 delegados canadienses del “March of the Living”, un homenaje a las víctimas del Holocausto. La visita coincidió con el cumpleaños de Adolf Hitler, una fecha que añadió un significado profundo al reencuentro.
El cementerio judío, restaurado por la activista Chasia Vardi, fue testigo del regreso del hijo pródigo, quien pudo conectar con sus raíces y su pasado.
De la seguridad infantil al exilio forzoso
En Stoczek, Nayman recordó la calidez y seguridad de su infancia, el eco de risas y juegos compartidos con familiares y vecinos. Sin embargo, el avance nazi en 1939 forzó a su familia a huir hacia el este, llevándolos a un campo de trabajo soviético antes de encontrar refugio en Canadá.
En su discurso en el cementerio judío, Nayman compartió sus vivencias y el sufrimiento de aquellos que, como él, huyeron de un horror para encontrarse con otro en la Unión Soviética. Su mensaje, dirigido especialmente a los jóvenes, es un llamado a aprender de los supervivientes y a luchar por un mundo sin odio ni discriminación.
La memoria viva de Stoczek y la sombra de sus judíos
Stoczek, ahora un pueblo de menos de 1.000 habitantes, no olvida a sus antiguos vecinos judíos. Un monumento erigido por un empresario local rinde homenaje a aquellos que perdieron la vida. Nayman, agradecido con Chasia Vardi por su labor en la preservación de la memoria, espera que su visita y sus palabras motiven a otros a mantener viva la historia de los judíos en Polonia durante el Holocausto.