El apodo “Aurora” apareció por primera vez en una solicitud de avión espía del programa negro a mediados de los años ochenta. Desde entonces, el misterioso y mítico avión de reconocimiento SR-91 ha seguido siendo un enigma. Según los rumores, el irreal fuselaje hipersónico podría alcanzar Mach 5+ -o cinco veces la velocidad del sonido-, lo que convertiría al Aurora en el avión más rápido que jamás haya surcado los cielos.
Aunque apenas existen pruebas de que tal avión llegara a construirse, algunos analistas aeronáuticos sostienen que el SR-91 podría haber alcanzado al menos la fase de prototipo.
¿Dónde se originaron los almacenes del avión espía SR-91 Aurora?
Cuando la revista Aviation Week and Space Technology publicó la noticia de que el término Aurora se había asociado inadvertidamente con el presupuesto de 455 millones de dólares para la “producción de aviones negros” en 1985, surgió el mito del avión superespía.
Según la historia, el artículo de la revista señalaba que el “Proyecto Aurora” se refería en realidad a una serie de fuselajes únicos y no sólo a un fuselaje singular. Como explica Sandboxx News, “el Sun-Sentinel corroboró esas cifras, sugiriendo aparentemente que el Pentágono tenía en marcha un programa secreto que se esperaba costara bastante más que incluso el B-2 Spirit de la época, cuyo coste anual se estimaba entre 900 y 1.000 millones de dólares”.
Por aquel entonces, las Fuerzas Aéreas buscaban un nuevo fuselaje para sustituir al avión de reconocimiento estratégico Lockheed Martin SR-71 “Blackbird”. Mientras que el Blackbird podía operar a altas velocidades y altitudes, cada fuselaje sólo podía volar una vez por semana debido a los extensos requisitos de rotación. Además, el SR-71 era extremadamente caro de volar.
Los fuselajes necesitaban alrededor de 200-300 millones de dólares anuales para funcionar bien. Por estas razones, entre otros factores políticos, el Blackbird fue retirado tras 13 años de servicio en las Fuerzas Aéreas.
Según fighterjetsworld.com, algunos aficionados a la aviación creían que el proyecto Aurora se canceló finalmente debido a “un cambio de los aviones espía a vehículos aéreos no tripulados (UAV) de alta tecnología y satélites de reconocimiento que pueden hacer el mismo trabajo que un avión espía, pero con menos riesgo de bajas”.
Posibles avistamientos de Aurora a lo largo de los años
En 1989, un ingeniero afirmó haber visto sobre el Mar del Norte un fuselaje de forma triangular que se asemejaba a las representaciones del Aurora. Sin embargo, dado que el SR-91 supuestamente puede volar a velocidades cinco veces superiores a la del sonido, la probabilidad de que pudiera ser avistado en vuelo por un ser humano es baja. Lo más probable es que el avión fuera un bombardero B-2 o tal vez un F-117 Nighthawk, que las Fuerzas Aéreas pilotaban en aquel momento. En 2006, el Ministerio de Defensa británico publicó un informe en el que se indicaba que las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos habían dado prioridad a los planes para fabricar un avión supersónico de Mach 4-6 de alta velocidad.
Sin embargo, “no había aparecido ninguna prueba concluyente que confirmara la existencia de tal proyecto”. Las únicas “pruebas” sobre la existencia del avión hipersónico SR-91 son los “terremotos celestes” que se han oído sobre Los Ángeles a lo largo de los años. Lo más probable es que los veloces aviones que se oyen zumbando sobre la ciudad procedan del Área 51 de Nevada y no sean en realidad una plataforma hipersónica secreta.
Aunque casi ninguna prueba sólida puede corroborar la historia de que se construyó una célula hipersónica supersecreta, la leyenda del Aurora SR-91 sigue viva. Sin embargo, teniendo en cuenta lo mucho que han avanzado las tecnologías desde mediados de la década de 1980, algunas de las capacidades relacionadas con el fuselaje Aurora podrían muy bien hacerse realidad en un futuro próximo.