Militantes vinculados a Al-Qaeda atacaron el domingo las posiciones del régimen sirio en la frontera del último bastión rebelde en el país, causando intensos enfrentamientos que mataron a casi tres docenas de militantes de ambos lados, dijeron los activistas de la oposición.
Los combates han sido uno de los peores desde principios de marzo, cuando un acuerdo entre Turquía y Rusia suspendió una campaña de tres meses por aire y tierra del gobierno sirio en la provincia de Idlib, en el noroeste del país, que estaba en manos de los insurgentes. Los enfrentamientos del domingo se produjeron en la vecina provincia de Hama, algunos de los cuales todavía están bajo control de los rebeldes.
Rusia es uno de los principales partidarios del dictador sirio Bashar al-Assad, mientras que Turquía apoya a los combatientes de la oposición que intentan sacarlo del poder. En los últimos años, Rusia y Turquía se han convertido en los principales mediadores en una Siria devastada por la guerra.
Un observador de derechos humanos sirio con base en el Reino Unido dijo que un grupo vinculado a Al-Qaeda, conocido como Khoras al-Din, atacó a las fuerzas del gobierno en la zona de la Llanura de Gab. Según él, los combates provocaron la muerte de 21 soldados y 13 miembros de Khoras al-Din.
Un observador y activista de Idlib, Taher al-Omar, confirmó que los insurgentes también tomaron el control de la aldea de Tanjara y que las fuerzas gubernamentales sirias están bombardeando fuertemente la zona, aparentemente en preparación de una contraofensiva.
No se han recibido noticias de los combates en los medios de comunicación del Estado sirio.
Horace al-Din es un elemento ardiente de Al-Qaida que se ha separado de Hayat Tahrir al-Sham, el grupo rebelde más fuerte del enclave de Idlib. Khoras al-Din, un árabe llamado los Guardianes de la Religión, rechaza cualquier cese del fuego con el gobierno.
Las tropas sirias controlan ahora la mayor parte del país con la ayuda de los principales partidarios de Assad, Rusia e Irán. El conflicto que comenzó en marzo de 2011 ya ha matado a más de 400.000 personas.