Hombres armados atacaron clubes en Damasco, matando a una bailarina e hiriendo a otros, generando miedo a una represión sectaria bajo el nuevo régimen.
Incidentes violentos sacuden la capital siria
El 29 de abril de 2025, 20 hombres armados irrumpieron en Layila al-Sharq, un concurrido club nocturno cerca del centro de Damasco, atacando a los clientes y forzándolos a huir. Videos del incidente muestran a decenas de personas escapando mientras los agresores las golpeaban. Seis días después, el 5 de mayo, tres hombres armados ingresaron al club Al-Karawan, a pocas cuadras, y dispararon, matando a una joven bailarina e hiriendo a dos personas. En ambos casos, los atacantes vestían uniformes que los identificaban como miembros de las fuerzas de seguridad del nuevo régimen sirio liderado por Ahmed al-Sharaa, quien asumió el poder tras la caída de Bashar al-Assad en diciembre de 2024.
Los ataques han generado pánico en Damasco, una ciudad conocida por su vibrante vida nocturna y su población mayoritariamente secular, que incluye a una significativa comunidad cristiana. “La gente está asustada”, afirmó un residente anónimo a The Times of Israel vía WhatsApp. “Damasco está casi vacía por las noches, algo inusual. Los hombres armados dispararon indiscriminadamente en restaurantes que han operado por años”. Durante décadas, incluso en los 14 años de guerra civil, los clubes y bares de la capital funcionaron como espacios de convivencia social.

Tras la caída de Assad, los locales nocturnos cerraron temporalmente, pero reabrieron poco después. Sin embargo, los propietarios expresaron a medios árabes e internacionales su temor a operar bajo un gobierno islamista. Los recientes ataques han intensificado estas preocupaciones, avivando el miedo a una reducción de las libertades personales bajo el nuevo liderazgo de Hayat Tahrir al-Shams, grupo vinculado a al-Qaeda.
El gobernador de Damasco, Maher Marwan, nombrado por al-Sharaa, condenó los ataques. El Ministerio del Interior anunció el arresto de sospechosos vinculados al ataque en Layila al-Sharq, pero los responsables del tiroteo en Al-Karawan siguen prófugos. La policía llegó tarde al lugar, según reportes de medios oficiales, y no se han reportado detenciones.
Datos clave sobre los ataques en Damasco
- 29 de abril: Ataque a Layila al-Sharq por 20 hombres armados identificados como fuerzas de seguridad.
- 5 de mayo: Tiroteo en Al-Karawan, con una bailarina muerta y dos heridos.
- Maher Marwan, gobernador, condenó los incidentes; arrestos solo en el primer caso.
- Los clubes nocturnos son símbolos de la vida secular de Damasco, activa incluso durante la guerra.
Respuesta del régimen y escepticismo ciudadano
El nuevo liderazgo sirio ha intentado proyectar una imagen de moderación. Ahmed al-Sharaa ha prometido proteger a mujeres y minorías, desmarcándose del extremismo asociado a Hayat Tahrir al-Shams. Sin embargo, los ataques a clubes nocturnos han generado dudas sobre su capacidad para controlar a los elementos radicales dentro de sus filas. “El gobierno dice que son combatientes deshonestos”, señaló un residente de Damasco. “Pero un gobierno que busca un estado no islamista debe arrestar a estos yihadistas que quieren cerrar locales que sirven alcohol”.
Los incidentes en Layila al-Sharq y Al-Karawan no son casos aislados. En la víspera de Navidad de 2024, hombres enmascarados incendiaron un árbol de Navidad en al-Suqaylabiyah, una ciudad de mayoría cristiana. También se reportaron ataques a iglesias durante las festividades. Aunque las ceremonias navideñas continuaron, estos eventos sembraron desconfianza en las promesas de tolerancia del régimen.
En marzo de 2025, combatientes del régimen, mayoritariamente suníes, masacraron a unos 1.700 civiles alauitas, en aparente represalia por un ataque de leales a Assad. Al-Sharaa ordenó una investigación, pero los resultados, esperados en los próximos meses, no han disipado las dudas sobre la rendición de cuentas. Durante una reunión con el presidente francés Emmanuel Macron el 7 de mayo, al-Sharaa describió la masacre como una consecuencia de “décadas de opresión” bajo los Assad, quienes privilegiaron a los alauitas.
La comunidad drusa, con unos 600.000 miembros, también enfrenta tensiones. En abril, enfrentamientos entre facciones drusas y suníes dejaron civiles muertos. Israel, que alberga una comunidad drusa, intervino el 30 de abril con un ataque de drones contra presuntos extremistas que atacaban a drusos en Siria, descrito como una “advertencia”. Además, permitió el ingreso de drusos heridos para recibir tratamiento médico.
Contexto de una Siria diversa y fracturada

Siria es un mosaico étnico y religioso. Según el CIA World Factbook, solo el 50% de la población es árabe; el resto incluye drusos, kurdos y otros. Religiosamente, el 74% son suníes, seguidos por chiíes, cristianos y alauitas. Bajo la dictadura de los Assad, estas comunidades coexistieron en un equilibrio forzado, a menudo tenso. La caída de Bashar al-Assad en 2024 liberó al país de su régimen, pero desató riesgos de violencia interétnica e interreligiosa.
En busca de apoyo internacional para la reconstrucción, al-Sharaa ha promovido una imagen de estabilidad y tolerancia. En febrero de 2025, lanzó un diálogo nacional para una “Nueva Siria”, destacando la libertad, los derechos de las mujeres y la protección de minorías. Sin embargo, los ataques a clubes nocturnos, iglesias y comunidades como los alauitas y drusos han generado escepticismo sobre estas promesas.
A pesar de no haber más ataques a clubes nocturnos desde mayo, la amenaza de violencia persiste. Los enfrentamientos entre grupos religiosos y las acciones de elementos radicales dentro del régimen mantienen a Siria en un estado de fragilidad. La comunidad internacional observa si el liderazgo de al-Sharaa logrará consolidar un gobierno inclusivo o si los fundamentalistas impondrán una nueva forma de opresión.