Al menos 14 civiles han muerto en los ataques aéreos del régimen sirio y de Rusia contra la provincia noroccidental de Idlib, según el Observatorio de Derechos Humanos de Siria, con sede en el Reino Unido.
Ocho personas fueron asesinadas en la ciudad de Sarmin, siete de ellas de la misma familia. El padre vio como dos de sus hijos fueron sacados de los escombros.
“Quería sacar a mi familia esta mañana pero mi esposa me dijo que fuera a trabajar”, dijo a la Agencia France-Presse el domingo. “Así que les envié un conductor con un coche para transportar sus cosas”. Sin embargo, poco después un avión del régimen golpeó la casa con un ataque con una bomba de barril.
“Es un terrible desastre”, dijo.
Ofensiva en Idlib
Una ofensiva del régimen respaldado por Rusia destinada a apoderarse de uno de los últimos bastiones de la resistencia a Damasco ha matado a cientos de civiles y ha desplazado a más de 388.000 personas en Idlib.
En los dos últimos años, miles de rebeldes de línea dura han sido trasladados de los frentes de batalla de otras partes de Siria a Idlib como parte de los acuerdos de cesación del fuego respaldados por el Gobierno. Esas transferencias han convertido a Idlib en el último bastión de la oposición al dictador Bashar Assad, así como en un semillero de grupos extremistas.
Maniobras turcas
El domingo pasado, un convoy militar turco compuesto por cientos de vehículos cruzó a Siria y se desplegó en Idlib y en la vecina provincia de Alepo.
Turquía, que se opone al régimen sirio, se ha negado a dejar 12 puestos de observación en Idlib, diciendo que son reconocidos por un acuerdo con Moscú.
Sin embargo, el régimen sirio ve los puestos de avanzada con hostilidad, y en diciembre rodeó uno de ellos en un movimiento que casi abrió un nuevo frente en el conflicto.
Más de 300.000 personas han sido asesinadas y millones más han sido desplazadas desde que estallaron los combates en 2011.