El gobierno de Estados Unidos nombrará a Thomas Barrack, amigo cercano del presidente Donald Trump y actual embajador en Turquía, como enviado especial para Siria, según confirmaron una fuente con conocimiento directo y un diplomático en Turquía. Este movimiento marca un paso significativo en la política exterior estadounidense hacia la región.
La designación ocurre tras la decisión de Trump, anunciada la semana pasada, de levantar las sanciones impuestas a Siria. La medida refleja el reconocimiento de Washington de la creciente influencia de Turquía en Damasco, especialmente tras la caída de Bashar al-Assad en diciembre, que puso fin a 14 años de guerra civil. Turquía ha consolidado su papel como actor clave en la región.
Un portavoz del Departamento de Estado, al ser consultado, señaló: “No existe un anuncio oficial por el momento”. Sin embargo, las acciones recientes sugieren un cambio en la postura estadounidense.
El martes, durante una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el secretario de Estado, Marco Rubio, explicó que ha autorizado al personal de la embajada en Turquía, incluido Barrack, a colaborar con autoridades sirias para evaluar las necesidades de asistencia. Rubio subrayó la importancia de apoyar al nuevo gobierno sirio para evitar una guerra civil a gran escala, que podría desestabilizar toda la región. “Buscamos que ese gobierno prospere, porque el caos sería perjudicial para todos”, afirmó.
Ese mismo día, Washington acogió una reunión entre representantes de Estados Unidos y Turquía enfocada en Siria, con la participación de Barrack. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores turco, se abordaron temas como el alivio de sanciones y la lucha contra el terrorismo, reflejando un esfuerzo conjunto para estabilizar el país.
Inicialmente, Estados Unidos había adoptado un enfoque gradual para levantar las sanciones contra Siria. Sin embargo, Trump sorprendió al declarar que ordenaba “el fin de las sanciones”, con el objetivo de facilitar la recuperación de un país devastado por la guerra. El presidente reveló que su decisión se tomó tras diálogos con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, y el presidente turco, Tayyip Erdogan.
El 14 de mayo, Trump se reunió en Arabia Saudita con el presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, a quien instó a normalizar relaciones con Israel, un adversario histórico. Este encuentro, junto con el levantamiento de sanciones, marca un giro en la política estadounidense hacia Damasco.
La eliminación de las sanciones, que han aislado a Siria del sistema financiero global, abrirá oportunidades para que organizaciones humanitarias intensifiquen su labor en el país. Además, facilitará la inversión extranjera y el comercio, elementos cruciales para la reconstrucción de Siria tras años de conflicto.