AMÁN (Reuters) – Las fuerzas rusas entraron el martes en un enclave de la oposición en la ciudad siria de Deraa para intentar evitar un asalto de las tropas del ejército sirio a un bastión que ha desafiado a la autoridad estatal desde que fue retomado hace tres años, dijeron testigos, residentes y fuentes del ejército.
Su entrada puso fin a los bombardeos de las unidades proiraníes del ejército que han rodeado el enclave, donde las protestas estallaron por primera vez en 2011, y que habían intentado asaltar la zona el lunes en la última campaña para obligar a los antiguos rebeldes a rendirse.
El ejército sirio, ayudado por la aviación rusa y las milicias iraníes, retomó en 2018 el control de la provincia de la que Deraa es capital y que limita con Jordania y los Altos del Golán de Israel.
Funcionarios locales y fuentes del ejército dicen que las unidades del ejército respaldadas por Irán han estado presionando para una nueva gran ofensiva.
Sin embargo, Moscú dio garantías a Israel y Washington en 2018 de que frenaría a las milicias respaldadas por Irán para que no expandieran su influencia en la estratégica región.
Ese acuerdo obligó a miles de rebeldes mayoritarios respaldados por Occidente a entregar armas pesadas, pero impidió que el ejército entrara en Deraa al Balaad.
El martes, decenas de policías militares rusos fueron vistos patrullando los barrios de Deraa al Balaad, centro de las primeras protestas pacíficas contra el gobierno de la familia Assad, que fueron respondidas por la fuerza antes de extenderse por todo el país.
Los generales rusos presentaron a los líderes locales y al ejército una hoja de ruta el 14 de agosto para evitar cualquier enfrentamiento y han estado tratando de ganarse a la oposición, algunos de los cuales temen que el plan reniegue del t el acuerdo de 2018.
El plan de Moscú, visto por Reuters, ofrece a los exrebeldes un perdón, pero permite al ejército tomar gradualmente el control del enclave, al tiempo que ofrece un paso seguro a los exrebeldes que se oponen al acuerdo para que se marchen a zonas de la oposición en el noroeste de Siria.
Las tropas rusas estaban acompañadas por un grupo de antiguos rebeldes de la corriente principal, respaldados por Occidente, que ahora están integrados en una división del ejército conocida como la Octava Brigada, bajo mando ruso, dijeron los residentes.
El enclave y otras localidades del sur de Siria han seguido celebrando protestas esporádicas contra el régimen del dictador Bashar al Assad que son poco frecuentes en las zonas bajo control estatal.