Al menos 11 personas murieron en intensos enfrentamientos entre las fuerzas rusas y las milicias pro iraníes en la ciudad de Alepo, en medio de tensas relaciones entre los dos aliados de Assad, informó la agencia de noticias Syria Call.
Una fuente militar rusa reconoció la muerte de 11 personas, entre ellas dos niños y tres mujeres, mientras que otras 11 personas resultaron heridas en la violencia. Según informes, se produjeron enfrentamientos cerca de un mercado de verduras en Khaldiya, que se aceleró rápidamente con el uso de armas pesadas, con algunos misiles tierra-aire disparados en áreas cercanas dentro de la ciudad, lo que resultó en víctimas civiles.
Aunque tanto Rusia como Irán han apoyado al régimen sirio del dictador Bashar Al-Assad, las tensiones han aumentado en los territorios controlados por el régimen por cuestiones administrativas, y ambas fuerzas compiten por la influencia pública.
La gestión de los puestos de control también se ha vuelto polémica, ya que las tropas rusas y los militantes iraníes cobran regalías por los cruces, por lo que pueden generar enormes ganancias diariamente, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Tras el bombardeo israelí contra objetivos iraníes cerca de Alepo, los grupos respaldados por Teherán acusaron a los rusos de coordinar con Jerusalén los ataques, con la esperanza de beneficiarse también de una presencia iraní debilitada. El mes pasado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que el presidente ruso, Vladimir Putin, también quería que todas las fuerzas iraníes se retiraran de Siria.
Las relaciones también se han tensado en los encuentros con Turquía; Damasco respondió a los bombardeos turcos de la zona controlada por los kurdos de Tal Rifaat, y varios proyectiles aterrizaron cerca de las bases militares rusas que operaban en el norte de Alepo.
Con la violencia disminuyendo en el país después de ocho años de guerra, tanto Rusia como Irán también buscan beneficiarse de las oportunidades financieras que podría permitirse la reconstrucción propuesta.
El domingo, Irán anunció que había reanudado su plan para una línea ferroviaria desde Teherán a través del vecino Irak hasta Damasco. El gobierno sirio también anunció a principios de este mes su intención de arrendar el puerto de Latakia a Irán a partir de octubre, en respuesta a una solicitud oficial iraní. En enero, los dos países firmaron un acuerdo para facilitar las transferencias bancarias y hacer que las finanzas para la inversión estén disponibles más rápidamente.
Sin embargo, Rusia también intentó asegurar su influencia, firmando el año pasado un acuerdo que otorgaba a Moscú los derechos exclusivos para producir petróleo y gas en Siria. Aunque el daño a la infraestructura petrolera del país es significativo, Rusia se ha comprometido a reconstruir las centrales eléctricas, bombear gas y construir molinos en los próximos 25 años.
Irán ha dependido en gran medida de los vínculos religiosos entre Damasco y Teherán para apuntalar su relación; sus milicias chiítas han sido acusadas de repoblar ciudades sirias basadas en líneas sectarias. Sin embargo, hay sugerencias de que Rusia también tiene algo que decir en los acuerdos de inversión que Damasco ha firmado o prometido asegurar con Teherán, y los comentaristas señalan que muchos acuerdos propuestos aún no se han implementado.