ANKARA (Reuters) – Turquía no tiene más remedio que actuar sola, dado que se ha avanzado muy poco en la creación de una “zona segura” en el noreste de Siria, dijo el martes el presidente Recep Tayyip Erdogan en su indicación más directa de una ofensiva transfronteriza.
Después de ocho años de guerra en la vecina Siria, Ankara y Washington, aliado de la OTAN, han acordado establecer una zona a lo largo de 480 kilómetros (300 millas) de la frontera que Turquía quiere tener a 30 kilómetros de profundidad.
Según el plan turco, hasta 2 millones de refugiados sirios se asentarían en la zona que quedaría libre de la milicia kurda siria de la YPG, que Ankara considera una organización terrorista.
Desde que accedió a establecer la zona segura en el norte de Siria, Turquía ha advertido en repetidas ocasiones de acciones militares unilaterales si los esfuerzos no cumplen sus expectativas, diciendo que no toleraría ningún intento por parte de Washington de paralizar el proceso.
Fijó una fecha límite para la acción a finales de septiembre.
“No hemos logrado ninguno de los resultados que deseábamos en el este del Éufrates. Turquía no puede perder ni un solo día en esta cuestión. No hay otra opción que actuar por nuestra cuenta”, dijo Erdogan en la ceremonia de apertura del Parlamento en Ankara.
“Planeamos asentar a dos millones de personas en las zonas seguras que estableceremos. Calculamos los costes y nos esforzaremos por mejorar. Comenzaremos a tomar medidas tan pronto como la región se salve de la invasión de terror”, dijo.
Mientras que diplomáticos, analistas y la principal oposición de Turquía dicen que Ankara no estaría dispuesta a enfadar a Washington con una incursión militar mientras los aliados intentan reparar los tensos lazos, los comentarios de Erdogan el martes marcaron el indicio más claro de una ofensiva en la región.
Añadió que Turquía tenía la intención de acoger una “reunión internacional de donantes” para conseguir financiación para sus planes en la zona, que, según dijo, se extendería desde el río Éufrates en el este de Siria hasta la frontera iraquí.
Erdogan ha pedido en repetidas ocasiones a los aliados de Turquía que presten apoyo financiero a los planes, incluso en su discurso ante las Naciones Unidas el mes pasado. Pero es poco probable que Ankara reciba una respuesta por cualquier plan que instale a la gente a cientos de kilómetros de sus hogares y altere la demografía del noreste de Siria.