Los expertos están discutiendo lo que se cree que es la actividad de las fuerzas especiales de Rusia en la provincia siria de Idlib, que todavía está controlada por las fuerzas de la oposición. Según fuentes locales, las fuerzas especiales de Rusia han estado llevando a cabo “redadas antiterroristas” contra Ahrar al-Sham, una coalición de unidades islamistas y salafistas que formaron una brigada durante la Guerra Civil Siria para luchar contra el régimen del dictador Bashar al-Asad. Rusia intentó previamente establecer un diálogo con este grupo. Los informes, si son correctos, parecen indicar que el destino del grupo ha sido decidido.
Los informes de que 16 combatientes de Ahrar al-Sham habían sido asesinados causaron un amplio debate. La redada, que resultó fatal para los miembros del grupo, ha sido atribuida a las fuerzas especiales rusas por los medios de comunicación locales. Según informes preliminares, la división atacó la posición de los militantes entre las ciudades de Qasabiye y Hursh-Abdin en el sur de Idlib. Fuentes relacionadas con Ahrar al-Sham han confirmado las pérdidas. Una de las víctimas fue el influyente comandante de campo Basil al-Khatib, también conocido como Abu Dahdah. También se ha atribuido a los rusos un exitoso golpe contra un comandante de campo de Jaysh al-Nasr y dos de sus guardaespaldas en el noroeste de Hama. Sin embargo, sigue sin estar claro por qué Rusia tendría que interferir en la situación sobre el terreno. Los observadores tienen varias teorías.
A mediados de julio, tras los enfrentamientos armados en el sur de Idlib y el norte de Hama en el noroeste de Siria, las agencias de noticias occidentales informaron de que el mando militar ruso había desplegado sus fuerzas especiales en esta zona. Citando fuentes de la oposición siria, Reuters llamó la atención sobre el hecho de que las fuerzas rusas estaban aparentemente desplegadas después de que el ejército del gobierno sirio no llevara a cabo una operación exitosa contra la oposición. Como era de esperar, el Ministerio de Defensa ruso negó que el territorio y las fuerzas especiales rusas hubieran participado en el combate en Idlib, por lo que descartó los informes como noticias falsas. Según varios acuerdos firmados por Turquía y Rusia en 2017, la policía militar rusa puede asegurar el perímetro de la zona de desescalada acordada de Idlib, pero eso es todo.
La presencia de la policía militar rusa y de asesores en Siria, que Moscú reconoce oficialmente, generalmente sirve para encubrir la actividad de otras fuerzas. News.ru ha informado repetidamente que el ejército ruso está involucrado en una reestructuración del ejército y los departamentos de seguridad del gobierno sirio. Los expertos creen que esto está parcialmente relacionado con la lucha contra la corrupción, pero también con el objetivo de evitar un aumento de la influencia iraní. Los combates en Alepo demuestran que tanto los asesores militares rusos como otras divisiones del ejército ruso, como los ingenieros militares, pueden participar en el combate. Sin embargo, no hay datos oficiales al respecto. Cuando el presidente ruso Vladimir Putin declaró “victoria” en Siria y anunció la retirada de todas las tropas rusas, aparte de los “asesores”, estaba claro que la campaña militar rusa en Siria estaba lejos de haber terminado.
Se cree que el objetivo último de Rusia en el conflicto sirio es arrinconar a la oposición siria y obligarla a negociar con el gobierno y a someterse a una “rehabilitación”. Al mismo tiempo, se cree que Rusia está ejerciendo influencia sobre el liderazgo del ejército y los departamentos de seguridad sirios.
Los informes de las operaciones especiales rusas en Idlib podrían indicar varias tendencias. Las confiadas operaciones ofensivas del ejército gubernamental en Idlib y los encarnizados enfrentamientos con las fuerzas turcas indican en parte que el destino de la provincia ya está decidido. El enclave rebelde probablemente no es particularmente importante para Turquía, aparte de ser considerado un instrumento de cambio importante. Más importantes para Ankara son las partes septentrionales de Siria que comparten frontera con Turquía. Es posible que una parte de la provincia sea entregada al ejército del gobierno y otra parte a la oposición “filtrada”. Rusia podría actuar como garante internacional, estableciendo una zona de amortiguación entre los oponentes.