La provincia siria de Idlib se enfrenta a un desastre humanitario después de que Rusia, junto con China, bloqueara una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la extensión de la ayuda humanitaria transfronteriza a la provincia, dijo el viernes The Times.
“La mayoría de las organizaciones locales dejarán de trabajar… El sistema de salud ya está colapsando parcialmente. En los próximos tres meses habrá un colapso total”, dijo The Times citando a Omar al-Hiraqi, un médico de un hospital de campo cerca de la frontera turca.
“Será una catástrofe para la gente que vive aquí. Nadie tiene dinero para pagar la atención médica, ni siquiera un dólar”.
Rusia, respaldada por China, vetó el mes pasado en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que habría permitido las entregas humanitarias transfronterizas a Siria durante 12 meses más desde dos puntos en Turquía y uno en Irak.
“El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido en un último intento de revivir el mandato que permite a las organizaciones de ayuda llevar suministros humanitarios al país. La renovación anual fue bloqueada por Rusia y China el mes pasado, y el plazo expira a medianoche”, dijo The Times.
“La gente no debe morir de hambre y no se puede permitir que mueran por falta de los suministros médicos más básicos y de ayuda. No es de extrañar que ISIS y Al Qaeda aparezcan como fénix de estas cenizas improbables”, dijo Hamish de Bretton Gordon, asesor de la Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y Socorro, que apoya a los hospitales en la Siria de la oposición.
La autorización de la ONU para cruzar la frontera de ayuda es esencial en Siria, donde más de 4 millones de personas que viven en Idlib, controlada por los rebeldes, necesitan asistencia, ya que el dictador sirio Bashar Assad ha intensificado los ataques en la provincia controlada por grupos jihadistas.
Turquía y Rusia llegaron a un acuerdo en septiembre de 2018 para establecer una zona de desescalada en Idlib con el fin de evitar que el gobierno sirio lanzara un asalto. Pero el Tahrir al-Sham (HTS), vinculado a Al-Qaeda, amplió significativamente su territorio tras la firma del acuerdo, lo que provocó que las fuerzas del gobierno sirio lanzaran una ofensiva en la región en abril de este año, con apoyo aéreo de Moscú.