En la madrugada del sábado 13 de abril, la fuerza aérea israelí voló a baja altura sobre la ciudad de Sidón, en el sur del Líbano.
Según la agencia de noticias libanesa NNA, el vuelo fue acompañado por un fuerte estruendo y asustó a la población dormida de la ciudad. Esto sucedió después de que, según la agencia siria SANA, aviones israelíes lanzaron cohetes contra una base militar cerca de la ciudad de Masyaf en la provincia de Hama. Mientras golpeaba los objetivos en Siria, el avión militar israelí había estado en el espacio aéreo libanés.
Según organizaciones de vigilancia extranjeras, uno de los objetivos era una fábrica “que produce cohetes de alta precisión en la aldea de al-Zaui”, así como en la aldea de Sheikh Radwan, que “estacionaba a los militares iraníes y sirios”. Al parecer, dos soldados murieron y 17 resultaron heridos como resultado del ataque.
El centro para el desarrollo y la producción de misiles en el área de Masyaf en Siria ha sido atacado al menos cinco veces desde 2017.
Un observador militar del portal de noticias Ynet, Ron Ben-Yishai, señaló que las estaciones del sistema de misiles antiaéreo ruso S-300 estaban en el área de Masyaf, uno de los primeros sistemas antiaéreos transferidos al ejército sirio después del derribo del avión ruso de reconocimiento, Il-20.
Según un experto militar israelí, los iraníes (presuntamente miembros del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos, CGRI) podrían haber reanudado la producción de misiles, esperando que la presencia de sistemas de defensa aérea S-300 en la zona disuadiera el ataque israelí.
La agencia de noticias estatal siria SANA informó citando sus propias fuentes, que como resultado del ataque aéreo temprano en la mañana en la provincia siria de Hama el 13 de abril, varios edificios fueron destruidos y tres soldados resultaron heridos. Según SANA, “la fuerza aérea israelí lanzó un ataque desde el espacio aéreo libanés contra un objetivo militar cerca de la ciudad de Masyaf. Varios sistemas de defensa aérea siria derribaron varios misiles”.