Sobornos, disputas criminales y una red internacional de contrabando de drogas valorada en miles de millones de dólares: no, esto no es el tráiler de una nueva película de suspense que se está emitiendo actualmente, sino la realidad de Siria bajo el régimen del dictador Bashar Assad, según informó el fin de semana la revista alemana Der Spiegel.
Assad, que ha sobrevivido a la guerra civil que desgarra su país en gran medida gracias a sus aliados Irán y Rusia, ha aprovechado la última década para convertir a Siria en lo que algunos han llamado el nuevo narcoestado del mundo.
Construido sobre la base de Captagon, una sustancia anfetamínica ilegal y altamente adictiva, popular en todo el mundo árabe, el plan de drogas del régimen se ha convertido en una operación multimillonaria. Su importancia para el régimen queda ilustrada por el hecho de que gran parte de la producción y distribución de la droga está supervisada por la Cuarta División Blindada, la unidad de élite del ejército sirio.
El informe de Der Spiegel se centra en un dramático juicio que se está celebrando en el estado de Renania del Norte-Westfalia, al oeste de Alemania, donde los fiscales están tratando de demostrar que una red local de drogas es, de hecho, parte de una red de tráfico de drogas mucho más grande que llega hasta Siria.
En los últimos años, los funcionarios de seguridad de varios países han logrado frustrar enormes envíos de Captagon por mar. Por ejemplo, el 1 de julio de 2020, las autoridades italianas se incautaron en Salerno de 84 millones de pastillas, con un valor en la calle de aproximadamente 1.000 millones de euros. En abril de 2020, las aduanas egipcias incautaron un cargamento de Captagon y hachís en un contenedor perteneciente a una empresa siria dirigida por uno de los primos de Assad.
La lista continúa. En marzo de 2021 se incautó en Malasia un cargamento de más de 94 millones de pastillas de Captagon. Otros cargamentos -disfrazados como envíos legales de artículos como neumáticos de goma, ruedas dentadas de acero o rollos de papel industrial- han sido confiscados en puertos de Europa, Líbano, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Las drogas están ganando popularidad entre los jóvenes del Golfo, pero el Captagon también es muy popular entre las organizaciones terroristas de Oriente Medio, ya que les da la sensación de ser “invencibles”. En Arabia Saudita, el consumo de drogas es una pandemia y se calcula que el 40% de los usuarios de drogas consumen Captagon.
El ex enviado especial de Estados Unidos para Siria, Joel Rayburn, declaró a la revista alemana que el Captagon se ha convertido en la exportación más importante del régimen de Assad.
“Creo que el régimen de Assad no sobreviviría a la pérdida de los ingresos del Captagon”, dijo, explicando que el régimen sirio no se limita a hacer la vista gorda con el tráfico de drogas, sino que “son el cártel”.
El informe citaba al think tank New Lines Institute, con sede en Washington, según el cual el valor total del Captagon exportado por Siria en 2021 ascendía a 5.700 millones de dólares. Las exportaciones legales del país el año pasado ascendieron a 860 millones de dólares.
Aunque según el informe los puertos europeos son actualmente un mero desvío para el destino real de la droga, suponen una preocupación creciente para las autoridades locales.
“Tenemos que ponerle fin”, declaró un funcionario alemán a Der Spiegel. “Los sirios están produciendo el material como si no hubiera un mañana”.
Según los registros de la ONU citados en el informe, en 2020 Siria había importado 50 toneladas de pseudoefedrina, un ingrediente clave en la industria farmacéutica que es esencial para la producción de metanfetamina.
“Cincuenta toneladas es más de la mitad de la cantidad importada por Suiza, que tiene una enorme industria farmacéutica”, señaló el informe.
En 2021, un empresario sirio exiliado dijo a Der Spiegel que la operación de Captagon del régimen estaba creciendo constantemente. “Producen en cantidades industriales”, dijo.