GINEBRA (Reuters) – Si no se renueva la operación de ayuda transfronteriza a Siria antes de que expire el mes que viene, podría desencadenarse una nueva “catástrofe humanitaria” en las zonas del noroeste controladas por los rebeldes, dijo el viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Millones de personas dependen de la ayuda que actualmente se canaliza desde Turquía directamente hacia el noroeste de Siria en un acuerdo autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
La OMS hizo esta declaración antes de lo que se espera que sea un enfrentamiento el próximo mes entre los miembros occidentales del Consejo de Seguridad, que apoyan la renovación del cruce, y Rusia, que ha bloqueado otras operaciones transfronterizas anteriormente.
Moscú, que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad y ha respaldado la lucha del dictador sirio Bashar al Assad contra los rebeldes, ha argumentado que la ayuda puede ser entregada al norte de Siria desde la capital, Damasco.
“Una respuesta transfronteriza de la ONU a gran escala durante 12 meses más sigue siendo esencial para salvar vidas”, dijo el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, a los periodistas en Ginebra.
“No renovar la autorización transfronteriza de la ONU disminuiría en gran medida las operaciones humanitarias centrales y sumiría al noroeste de Siria en otra catástrofe humanitaria”, añadió.
Alrededor de 1.000 camiones utilizan el paso de Bab al-Hawa cada mes para entregar ayuda y medicinas, incluidas las vacunas COVID-19, a unos 2,4 millones de personas acorraladas en la frontera turca, según las agencias de la ONU.
“El cese de estos suministros solo puede conducir a un aumento de las enfermedades y las muertes”, dijo Lindmeier.
Dijo que los esfuerzos de la ONU para crear una ruta de suministro desde Damasco no habían tenido éxito y que ningún convoy de este tipo había pasado en los últimos 11 meses.
Una resolución necesita nueve votos a favor y ningún veto de ninguno de los cinco miembros permanentes: Rusia, China, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. En la última década, el Consejo ha estado dividido respecto a Siria: Rusia ha vetado varias resoluciones relacionadas con este país, a menudo con el apoyo de China.