Rusia, respaldada por China, emitió el viernes su 14º veto en el Consejo de Seguridad de la ONU desde el inicio del conflicto en Siria en 2011 para bloquear los envíos de ayuda transfronterizos desde Turquía e Irak a millones de civiles sirios.
La resolución redactada por Bélgica, Kuwait y Alemania habría permitido las entregas humanitarias transfronterizas durante un año más desde dos puntos en Turquía y uno en Irak. Pero el aliado sirio Rusia solo quería aprobar los dos pasos fronterizos turcos durante seis meses.
Rusia y China vetaron el proyecto de resolución. Los 13 miembros restantes del Consejo de Seguridad votaron a favor. Una resolución necesita un mínimo de nueve votos a favor y ningún veto de Rusia, China, Estados Unidos, Reino Unido o Francia para ser aprobada.
La subjefa de ayuda de la ONU, Ursula Mueller, había advertido al Consejo el jueves que sin las operaciones transfronterizas “veríamos un fin inmediato de la ayuda que apoya a millones de civiles”.
“Eso causaría un rápido aumento del hambre y las enfermedades, lo que provocaría muertes, sufrimientos y más desplazamientos, incluso a través de las fronteras, para una población vulnerable que ya ha sufrido una tragedia indescriptible como resultado de casi nueve años de conflicto”, dijo Mueller.
Desde 2014, las Naciones Unidas y los grupos de ayuda han cruzado a Siria desde Turquía, Irak y Jordania en cuatro lugares autorizados anualmente por el Consejo de Seguridad. En un intento por llegar a un compromiso con Rusia, el paso fronterizo de Jordania fue eliminado por Bélgica, Kuwait y Alemania de su proyecto.
La autorización actual para los cuatro cruces fronterizos de Turquía, Iraq y Jordania termina el 10 de enero, por lo que el Consejo de Seguridad todavía podría intentar llegar a un acuerdo, aunque algunos diplomáticos reconocieron que ahora podría ser difícil.
Rusia ha vetado 14 resoluciones del Consejo sobre Siria desde que la represión del presidente sirio Bashar al-Assad contra los manifestantes pro democracia en 2011 condujo a la guerra civil. Los militantes del Estado islámico aprovecharon entonces el caos para apoderarse de territorio en Siria e Irak.
El embajador indonesio ante la ONU, Dian Triansyah Djani, dijo al Consejo el jueves: “El mundo está mirando. La comunidad internacional está observando. Pero no estamos aquí solo para observar… estamos aquí para ayudar y tomar medidas… No se trata de nosotros. Se trata de salvar al pueblo sirio en el terreno”.