Las tropas rusas están preparando una operación militar para ayudar al dictador sirio Bashar al Assad a recuperar las últimas ciudades importantes capturadas por las fuerzas rebeldes y terroristas, según un destacado diplomático de Moscú.
“Los terroristas organizan sistemáticamente provocaciones y atacan las posiciones del ejército y las comunidades sirias, así como la base aérea rusa de Hmeymim con múltiples lanzacohetes y aviones no tripulados”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergei Lavrov a los periodistas el lunes, según informaron los medios de comunicación estatales. “Ni el ejército sirio ni Rusia dejarán esa indignación sin represalias”.
El mes pasado, las fuerzas rusas y sirias intensificaron los bombardeos en la provincia de Idlib en preparación para el ataque. Según los grupos de ayuda internacional, decenas de hospitales de la región, poblados por millones de civiles, fueron atacados y huyeron de los combates en otras partes de Siria.
“Vemos una ofensiva que está realmente enfocada, o con un impacto, en hospitales y escuelas en áreas civiles, en áreas donde hay población y áreas urbanas, que realmente no deberían suceder de acuerdo con el derecho internacional humanitario”, dijo a Reuters, Panos Mumcis, coordinador regional de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas que se ocupa de la crisis siria.
La crisis humanitaria se complica por la convergencia de los combatientes de la oposición y los grupos terroristas en la ciudad, ya que los opositores al régimen de Assad han sido conducidos por las pérdidas militares a un puesto de avanzada final.
“Idlib es esencialmente la mayor colección de afiliados de Al Qaeda en el mundo en este momento”, dijo Michael Mulroy, subsecretario adjunto de Defensa para Oriente Medio, el mes pasado en un evento en Washington.
Los funcionarios de la ONU creen que una ofensiva importante podría desencadenar una grave crisis de refugiados. “Tememos que, si esto continúa, y si el número de personas crece, y si el conflicto se intensifica, veremos a cientos de miles, un millón, dos personas dirigiéndose a las fronteras con Turquía”, dijo Mumtsis.