El 20 de febrero, alrededor de las 15.00 horas, hora local, en el noreste de la provincia siria de Idlib, las fuerzas pro turcas, con el apoyo de la artillería de Turquía, iniciaron una ofensiva hacia la ciudad de Saraqib, que fue capturada por las fuerzas de Assad hace varias semanas. Menos de dos horas después del inicio del ataque, intervinieron aviones rusos. Cuando las defensas del ejército sirio cerca de las ciudades de Qminas y Nayrab fueron quebrantadas, los bombarderos rusos Su-24 atacaron, destruyendo los vehículos blindados de la oposición. Las fuerzas del gobierno sirio pudieron entonces retomar las posiciones.
La participación de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas en la operación fue reportada por el Centro Ruso de Reconciliación para Siria. “A fin de impedir que los grupos armados se adentraran más en territorio sirio, a petición del mando sirio, los aviones Su-24 llevaron a cabo un ataque contra los grupos armados terroristas que habían irrumpido”, dijo el centro en su informe. Inmediatamente después, se estableció contacto con el ejército turco y Turquía cesó su ataque de artillería contra las tropas sirias, declaró el centro. “A través del canal de desacuerdo, se informó a la parte turca de que los sistemas rusos de vigilancia de objetos habían descubierto el hecho del fuego de artillería [turco]… Después de que esta información se puso en conocimiento de la parte turca, su artillería dejó de disparar”, señala el informe.
El Ministerio de Defensa de Turquía informó de que dos soldados turcos habían muerto y otros cinco habían resultado heridos en un ataque aéreo, pero no especificó de quién era el ataque aéreo responsable de las muertes. Fahrettin Altun, director de comunicaciones de la administración presidencial turca, aclaró posteriormente que los aviones sirios habían sido responsables del ataque mortal. Turquía respondió “neutralizando” a más de 50 soldados sirios, destruyendo dos transportes blindados, dos camionetas y un sistema antiaéreo, según informa el medio de comunicación turco Daily Sabah.
Este conflicto de dos horas de duración fue la escalada más grave en Siria en la última semana, y se complicó aún más con la intervención de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas.
Ha habido continuos enfrentamientos sobre el terreno entre militantes pro-turcos, soldados turcos y las fuerzas de Assad desde finales de enero. El 12 de febrero, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan dijo que 14 soldados turcos habían muerto en menos de una semana.
Una vez que cesaron los combates, Bloomberg informó, en referencia a una fuente turca de alto rango, que Turquía había pedido a los Estados Unidos que le proporcionara sistemas Patriot de misiles antiaéreos para colocarlos en la frontera con Siria. Sin embargo, Ankara más tarde negó esto.
La situación en Idlib se ha ido deteriorando desde mediados de enero, cuando las fuerzas controladas por Damasco iniciaron una operación supuestamente contra los grupos terroristas de Idlib y las regiones vecinas. Desde 2018, este territorio se considera una zona de desescalada, en la que los combates solo pueden tener como objetivo a los terroristas. Desde mediados de enero, Damasco ha ganado el control de grandes extensiones de territorio, incluyendo la estratégicamente significativa carretera M5 (Alepo – Damasco).