El ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Asaad Hassan al-Shaibani, anunció el compromiso del gobierno para destruir los arsenales de armas químicas acumulados durante el mandato de Bashar al-Assad, en un discurso ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Por primera vez, un representante sirio participó en el consejo ejecutivo de la OPAQ en La Haya. Shaibani describió el programa de armas químicas del régimen de Assad como un capítulo oscuro en la historia de Siria y del mundo.
Desde el derrocamiento de Assad el 8 de diciembre, la comunidad internacional ha manifestado preocupación por el destino de los arsenales químicos. Aunque Siria aceptó entregar su arsenal hace más de una década, la OPAQ sostiene que la declaración fue incompleta y que aún quedan armas sin identificar.
Shaibani aseguró que la nueva administración reconstruirá el país con transparencia, justicia y cooperación internacional. Subrayó que el programa de armas químicas fue una creación del régimen de Assad y reafirmó el compromiso de eliminar los remanentes para cerrar este capítulo de la historia.
El director general de la OPAQ, Fernando Arias, señaló que el derrocamiento de Assad abre una oportunidad histórica para documentar y destruir definitivamente las armas químicas sirias. El mes pasado, Arias visitó Damasco y se reunió con el nuevo líder sirio, Ahmed al-Sharaa, marcando el inicio de una nueva etapa de cooperación.
La OPAQ busca establecer una presencia permanente en Siria para inventariar y eliminar los arsenales químicos. Sin embargo, el organismo ha expresado su preocupación por la posible destrucción de pruebas en los bombardeos israelíes contra activos militares sirios tras la caída de Assad.
Israel ha confirmado que entre sus objetivos había presuntos sitios de armas químicas para evitar que cayeran en manos de grupos extremistas. Shaibani reconoció que los ataques complican los esfuerzos técnicos y logísticos para verificar el estado del arsenal.
En 2013, tras un ataque con gas sarín que mató a cientos de personas, el gobierno de Assad accedió a un acuerdo con Estados Unidos y Rusia para unirse a la OPAQ y destruir 1.300 toneladas métricas de armas químicas y sus precursores.
Investigaciones de la ONU y la OPAQ concluyeron que el régimen de Assad utilizó gas sarín y bombas de barril con cloro en múltiples ataques durante la guerra civil, causando miles de víctimas.
Como miembro de la OPAQ, Siria debía someterse a inspecciones, pero durante más de una década el organismo enfrentó restricciones que impidieron conocer la verdadera magnitud del programa de armas químicas.