Siria recibió un nuevo lote de su moneda local impresa en Rusia, confirmó un funcionario del gobierno sirio. Se espera que lleguen más envíos en el futuro, lo que refleja la estrecha relación entre Moscú y las actuales autoridades sirias.
El dinero aterrizó en el aeropuerto de Damasco y fue transportado en camiones hasta el banco central, según una fuente con conocimiento del asunto. Desde hace 13 años, Siria ha dependido de Rusia para la impresión de su moneda, luego de que su contrato con una subsidiaria del banco central austriaco fuera cancelado debido a las sanciones europeas. No está claro si el acuerdo sigue vigente en los mismos términos, aunque una fuente vinculada al contrato afirmó que sí.
Moscú respaldó al líder sirio Bashar al-Assad durante la guerra y tuvo un papel clave en la guerra con bombardeos contra grupos rebeldes, entre ellos el islamista Hayat Tahrir al-Sham, que tomó el poder en una ofensiva relámpago el año pasado. Tras la huida de Assad a Moscú, Rusia se movió rápidamente para preservar su influencia en Damasco y garantizar la permanencia de sus bases estratégicas en la costa siria.
El vínculo entre ambos gobiernos se ha mantenido activo. Un alto diplomático ruso visitó Damasco en enero, y el presidente sirio Ahmed al-Sharaa conversó por teléfono con Vladimir Putin el 12 de febrero. Dos días después, el primer cargamento de libras sirias desde Rusia llegó al país.
La crisis económica siria se ha profundizado en los últimos meses, en parte por la escasez de divisas y los retrasos en la llegada de efectivo ruso, además del acaparamiento de libras sirias. Según un exfuncionario sirio, antes de la caída de Assad, Rusia enviaba cientos de miles de millones de libras sirias cada mes. Reuters no pudo confirmar la cantidad exacta recibida en el último envío, el segundo desde la destitución de Assad el 8 de diciembre.
La falta de efectivo ha generado dificultades para los depositantes, mientras que las empresas locales enfrentan mayor presión ante la llegada de importaciones más baratas con la apertura de la economía. Además, el esperado aumento salarial del 400% en el sector público no se ha concretado, ni tampoco los fondos de Catar que debían financiarlo. Fuentes atribuyen este retraso a la incertidumbre sobre las sanciones estadounidenses y la política del presidente Donald Trump hacia Siria.
Analistas señalan que la escasez de efectivo ha influido en la apreciación de la libra siria en el mercado negro tras la caída de Assad. También ha favorecido el alza de la moneda la llegada de visitantes extranjeros y el relajamiento de los controles sobre el comercio de divisas.
El jueves, la libra siria cotizaba en el mercado negro a 10.000 por dólar, mientras que el banco central mantiene la tasa oficial en 13.000. Antes de la destitución de Assad, la divisa se intercambiaba a unos 15.000 por dólar.
La gobernadora del banco central, Maysaa Sabreen, declaró en enero a Reuters que su prioridad es evitar la impresión masiva de billetes para contener la inflación. Actualmente, el banco central dispone de apenas 200 millones de dólares en reservas de divisas, una caída drástica respecto a los 18.500 millones que el FMI estimaba en 2010, antes de la guerra. Sin embargo, mantiene 26 toneladas de oro, la misma cantidad que poseía antes de la guerra.