Donald Trump decidió reconocer al gobierno sirio de Ahmed al-Sharaa sin consultar a Israel, generando sorpresa en la región.
Decisión de Trump sobre Siria marca cambio en política exterior
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que no consultó a Israel, aliado clave en Oriente Medio, antes de reconocer al nuevo gobierno sirio liderado por el presidente Ahmed al-Sharaa. La decisión, tomada durante un viaje de cuatro días por la región, sorprendió a funcionarios israelíes y generó debates sobre las prioridades de Washington. Trump justificó su acción al afirmar que era “lo correcto” para permitir que Siria prospere tras años de conflicto. “No les pregunté sobre eso. Pensé que era lo correcto. Queremos que Siria tenga éxito”, declaró a bordo del Air Force One tras partir de Abu Dhabi.
El anuncio se produjo el martes durante un discurso en Riad, donde Trump reveló que ordenaría el levantamiento de todas las sanciones impuestas a Siria desde 1979. Esta medida, impulsada por el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, busca reintegrar a Siria en la economía global y facilitar la reconstrucción tras 13 años de guerra. Sin embargo, la falta de consulta con Israel, que mantiene profundas sospechas sobre el pasado islamista de Al-Sharaa, generó preocupación en Jerusalén.
Ahmed al-Sharaa, exlíder de un grupo rebelde designado como organización terrorista por Estados Unidos, asumió el poder tras el colapso del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024. A pesar de haber cortado lazos con Al Qaeda en 2016, Israel lo considera una amenaza potencial debido a su historial y ha intensificado operaciones militares en Siria, incluyendo ataques aéreos y la ocupación de territorios más allá de los Altos del Golán. La decisión de Trump de no coordinar con Israel subraya una creciente distancia entre Washington y el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Durante una reunión de 33 minutos en Riad con Al-Sharaa, Mohammed bin Salman y Erdogan (vía videoconferencia), Trump instó al líder sirio a normalizar relaciones con Israel mediante los Acuerdos de Abraham, un marco establecido en 2020 para fomentar lazos entre Israel y países árabes. Según Trump, Al-Sharaa expresó disposición a unirse a estos acuerdos en el futuro, aunque Damasco no ha confirmado esta postura. La Casa Blanca también informó que Trump discutió con Al-Sharaa temas como la lucha contra el Estado Islámico y la gestión de centros de detención de combatientes de ISIS en el noreste de Siria.
Datos clave sobre la decisión de Trump en Siria
- Levantamiento de sanciones: Trump anunció la eliminación de sanciones impuestas desde 1979, tras consultas con Arabia Saudí y Turquía, sin involucrar a Israel.
- Reunión con Al-Sharaa: Primer encuentro entre líderes de EE. UU. y Siria en 25 años, celebrado en Riad el 14 de mayo de 2025.
- Preocupaciones de Israel: Jerusalén teme que el gobierno de Al-Sharaa represente una amenaza, intensificando operaciones militares en Siria.
- Acuerdos de Abraham: Trump busca que Siria normalice lazos con Israel, aunque no lo estableció como condición para aliviar sanciones.
- Impacto económico: La eliminación de sanciones podría facilitar la inversión extranjera en Siria, devastada por la guerra.
Reacciones regionales y contexto de la decisión
La decisión de Trump de levantar sanciones y reconocer al gobierno de Al-Sharaa fue celebrada en las calles de Damasco, donde la población espera que la medida facilite el acceso a recursos financieros y la reconstrucción del país. Sin embargo, en Israel, la falta de consulta previa generó desconcierto. Medios israelíes reportaron que Netanyahu había solicitado a Trump no aliviar las sanciones, temiendo que un gobierno islamista en Siria fortalezca la influencia de grupos extremistas. A pesar de estas preocupaciones, Trump afirmó que sus relaciones con países del Golfo son “muy buenas para Israel”.
El anuncio también sorprendió a funcionarios del Departamento del Tesoro y del Departamento de Estado de EE. UU., quienes desconocían los detalles de la implementación. Según fuentes, la decisión fue tomada de manera abrupta, dejando a las agencias gubernamentales sin claridad sobre cómo desmantelar las capas de sanciones que restringen la actividad económica en Siria. El secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó que acompañó a Trump cuando se decidió incluir el anuncio en el discurso de Contributor .
En el ámbito regional, Arabia Saudí, Qatar y Turquía respaldaron la medida, viendo en el gobierno de Al-Sharaa una oportunidad para contrarrestar la influencia de Irán y Rusia en Siria. Estos países argumentan que aliviar las sanciones estabilizará la región y evitará disturbios que puedan extenderse. Sin embargo, Israel teme que la decisión debilite su posición estratégica, especialmente tras haber perdido influencia en las negociaciones sobre el acuerdo con los Hutíes en Yemen y la liberación de rehenes en Gaza, ambos gestionados por Trump sin involucrar a Jerusalén.
El columnista del New York Times, Thomas Friedman, describió la decisión como un “movimiento positivo” que abre “posibilidades creativas” para la región, destacando los gestos de Al-Sharaa hacia un gobierno pluralista. Sin embargo, otros analistas advierten que la falta de garantías sobre la gobernanza inclusiva en Siria podría complicar la estabilidad a largo plazo. La Casa Blanca señaló que Al-Sharaa ofreció acceso a reservas de petróleo sirias y garantías de seguridad para Israel, aunque propuestas como construir una Trump Tower en Damasco fueron consideradas poco serias.
Implicaciones geopolíticas y antecedentes
La decisión de Trump marca un cambio radical en la política de EE. UU. hacia Siria, que durante décadas fue tratada como un estado paria. Bajo Assad, Siria mantuvo una postura hostil hacia Israel, con estrechos lazos con Irán y Rusia. La caída de Assad en diciembre de 2024, tras una ofensiva liderada por Al-Sharaa, abrió la puerta a una reconfiguración de las dinámicas regionales. Desde entonces, Al-Sharaa ha buscado proyectar una imagen de moderación, expresando en discursos su deseo de que Siria sea “una tierra de paz” y evitando conflictos directos con Israel.
A pesar de estas señales, Israel ha mantenido una postura cautelosa, intensificando ataques aéreos en Siria para prevenir el despliegue de fuerzas gubernamentales en el sur del país. Un alto funcionario israelí expresó a Newsweek la necesidad de confirmar que Al-Sharaa “no es un terrorista” antes de aceptar su liderazgo. La ocupación de territorios sirios por parte de Israel más allá de los Altos del Golán y las acusaciones de abusos contra la minoría druza han elevado las tensiones.
En el contexto más amplio, la decisión de Trump refleja su enfoque transaccional en la política exterior, priorizando acuerdos económicos y la estabilidad regional sobre las preocupaciones de aliados tradicionales como Israel. La presión de Arabia Saudí y Turquía, junto con el deseo de limitar la influencia de Irán, jugó un papel clave en la medida. Analistas sugieren que el levantamiento de sanciones podría atraer inversiones a Siria, pero la falta de claridad sobre las reformas del gobierno de Al-Sharaa plantea riesgos.
El viaje de Trump por Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos también destacó su interés en expandir la presencia comercial de su familia en la región, lo que generó críticas por posibles conflictos de interés. Grupos como Citizens for Responsibility and Ethics in Washington señalaron que los proyectos de la Trump Organization en estos países podrían influir en las decisiones de política exterior. Sin embargo, Trump desestimó estas preocupaciones, enfocándose en su imagen como un “pacificador global”.