La primera patrulla militar conjunta entre tropas de Rusia y Turquía se llevó a cabo el domingo a lo largo de la autopista M4 en la provincia siria de Idlib, como estaba previsto en el acuerdo del 5 de marzo entre Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan. Aunque se llevó a cabo el primer convoy conjunto, su ruta original de unos 80 kilómetros se cortó a los aproximadamente 18 kilómetros entre Tronba y Ariha debido a problemas de seguridad, en particular la amenaza de los terroristas afiliados a Al-Qaeda.
Los llamados grupos de activistas de la oposición civil, junto con militantes armados, comenzaron a celebrar sentadas y manifestaciones a lo largo de la autopista para protestar contra la presencia rusa en Idlib, ya que no reconocen el nuevo acuerdo entre Moscú y Ankara. Su principal objetivo era bloquear las patrullas conjuntas. También hay muchos informes que circulan ahora en los medios de comunicación en el sentido de que, además de las sentadas y manifestaciones, se ha bloqueado la M4 con muros de arena y metralla metálica afilada para impedir que las patrullas se desplacen hacia el oeste a lo largo de la autopista. Curiosamente, Turquía es responsable de limpiar estas zonas de extremistas y crear las condiciones adecuadas para las patrullas conjuntas, pero Ankara parece reacia a hacerlo.
Tras el primer convoy conjunto del domingo, el Ministerio de Defensa ruso dijo que se había dado a Turquía tiempo adicional para garantizar las condiciones para que las tropas participaran en las patrullas conjuntas. Aunque los presidentes ruso y turco lograron llegar a un acuerdo sobre Idlib, parece cada vez más probable que haya problemas bastante serios en su aplicación. Quedan muchas preguntas y no hay respuestas.
Como parte del acuerdo del 5 de marzo, las partes acordaron cesar toda acción militar a lo largo de la línea de contacto en la zona de desescalada de Idlib. También anunciaron el plan de establecer un corredor de seguridad de 12 kilómetros de ancho a lo largo de la M4 (6 kilómetros al norte y 6 kilómetros al sur de la carretera) y de lanzar las patrullas militares conjuntas ruso-turcas.
Básicamente, ambos países lograron sus objetivos, aunque parece que Moscú y Damasco consiguieron más. La estratégica autopista M5, que conecta Alepo y Damasco y es esencial para la reactivación económica del país, está ahora bajo el control del gobierno sirio y está abierta al tráfico.
Pero todavía hay muchas cosas que no están claras. En primer lugar, dados los problemas que experimentó la primera patrulla conjunta, ¿cómo van a gestionar Rusia y Turquía el corredor de seguridad exactamente? Presumiblemente, tendrán que acabar con todos los grupos terroristas que están activos allí. Entonces, ¿cómo van a proceder con esto, especialmente Turquía, dada su poco exitosa experiencia de los últimos dos años? Como el acuerdo no especifica cómo Moscú y Ankara tratarán a los terroristas en Idlib, podría ser un gran obstáculo para la cooperación ruso-turca.
En segundo lugar, ¿cuál es el futuro de los puestos de observación turcos que están situados al sur de la autopista M4 y están rodeados por las fuerzas del ejército sirio? Por ahora, el Ministerio de Defensa de Turquía dice que sus puestos de observación permanecerán donde están, lo que significa que, si Damasco continúa su ofensiva en el sur de Idlib, los pone en mayor riesgo de ataque, lo que afectará negativamente a todo el acuerdo.
También se duda de que Bashar Assad consiga el control de todas las áreas al sur de la M4. Según el acuerdo entre Putin y Erdogan, todos los combates deben detenerse a lo largo de la línea de contacto, que es más baja que la carretera M4. A partir de la semana pasada, el ejército sirio prosigue sus operaciones limitadas en Idlib meridional y oriental, lo que puede causar más tensiones con Turquía y socavar el acuerdo.
La próxima incertidumbre es cuándo, si es que se reabre la autopista M4 y si es segura para el tráfico. Esta carretera no solo conecta Alepo con Latakia, sino también el este y el noreste de Siria con la costa. La reapertura de esta carretera es crucial para la reactivación económica de Siria.
Por último, ¿cómo ayudará el acuerdo Putin-Erdogan a resolver el problema de los refugiados?
Por lo tanto, hay muchas preguntas en torno a este acuerdo. Sin embargo, sigue siendo mejor que nada.
El acuerdo demostró la capacidad de Rusia y Turquía para manejar tales crisis sin caer en una escalada descontrolada y en el caos. Al final, ni Turquía ni Rusia están preparadas para romper los lazos con el otro solo por Idlib. Además, ambos necesitan continuar su coordinación en Siria, ya que Turquía todavía ocupa de facto la parte norte de la provincia de Alepo y tiene una zona de amortiguación al este del Éufrates. La cuestión kurda es también un problema clave para Ankara, junto con los refugiados sirios. Tarde o temprano, también habrá que abordar estas cuestiones, lo que exigirá el diálogo y la cooperación entre Moscú y Ankara.
En general, el acuerdo sobre Idlib actualizado es otra solución temporal a la crisis de la provincia, otro status quo temporal que finalmente será cuestionado. Por eso sigue existiendo el riesgo de otro ciclo de escalada. Es solo cuestión de tiempo.