Una demanda del Líbano para el control total de dos prospectos de gas de Israel en el Mar Mediterráneo desató una acalorada discusión entre los países en las conversaciones sobre la frontera marítima.
Los representantes del Líbano en la reunión del miércoles presionaron para que unos 1.430 kilómetros cuadrados (550 millas cuadradas) formaran parte de su zona económica exclusiva, de acuerdo con los informes de los medios de comunicación israelíes y libaneses. El área incluye dos yacimientos de gas, uno de los cuales ya está siendo explotado a través de un contrato de arrendamiento israelí.
Los medios locales, incluyendo el Daily Star en inglés, informaron que el lado libanés estaba adoptando una “postura maximalista”. Decían que el Líbano estaba presionando para que los kilómetros cuadrados adicionales se incluyeran en el territorio libanés además de la ya disputada zona de 860 kilómetros cuadrados del Mar Mediterráneo, que ambas partes reclaman como dentro de sus propias zonas económicas exclusivas.
La estación local Al-Jadeed calificó las conversaciones de serias y “muy acaloradas”, añadiendo que hay “controversias fundamentales sobre el punto de partida”.
Según las noticias del Canal 12 de Israel, la demanda de territorio extra vino del comandante de las Fuerzas Armadas del Líbano, el General Joseph Aoun.
Según se informa, Aoun argumentó que las fronteras marítimas entre las dos naciones deben coincidir con las fronteras originales trazadas entre la Gran Bretaña imperial y Francia, que controlaban la región durante el período del mandato británico de 1923.
Los libaneses también habrían rechazado la importancia de la reivindicación israelí de una pequeña isla rocosa deshabitada que se extiende a lo largo de la frontera actual. Con solo 70 metros de largo y 40 metros de ancho, los libaneses dijeron que no debía afectar al trazado de la frontera marítima.
Israel y el Líbano están técnicamente en guerra y nunca han llegado a un acuerdo sobre una frontera entre los países en tierra o mar. Sin embargo, el reciente descubrimiento de una bonanza de gas en el Mediterráneo oriental ha desencadenado una carrera para que los países comiencen a perforar, lo que ha dado lugar a una serie de disputas de alto riesgo sobre las fronteras de sus zonas económicas exclusivas.
El Líbano, que comenzó a perforar mar adentro a principios de este año y espera comenzar a perforar en busca de gas en la zona en disputa en los próximos meses, ha dividido su extensión de aguas en 10 bloques, de los cuales tres se encuentran en la zona en disputa con Israel.
Los campos que ahora demanda el Líbano incluyen un prospecto conocido como Karish, que en hebreo significa “tiburón”, y que contiene 1,4 billones de pies cúbicos de gas probado y probable. El campo está siendo desarrollado por la empresa griega Energean, que espera comenzar a bombear gas al mercado interno israelí el próximo año.
El área también incluye un prospecto conocido como el Bloque 72, unos pocos kilómetros al este del campo de Karish, que se cree que también contiene grandes depósitos de hidrocarburos. En junio de 2019, el gobierno israelí dio luz verde a la empresa estadounidense Noble Energy para que llevara a cabo perforaciones exploratorias en ese lugar, aunque, según se informa, el desarrollo del yacimiento se ha visto obstaculizado por las preocupaciones sobre su destino en la controversia con el Líbano.
El Líbano, sumido en su peor crisis económica desde la guerra civil de 1975-1990, está tratando de resolver el conflicto de la frontera marítima para poder seguir adelante con su búsqueda de petróleo y gas en alta mar.
Beirut espera que los descubrimientos de petróleo y gas en sus aguas territoriales le ayuden a superar una crisis económica y financiera sin precedentes y a pagar su enorme deuda, que asciende al 170% del PIB, lo que la convierte en una de las más altas del mundo. Las conversaciones también tienen como telón de fondo las sanciones de EE.UU. que recientemente incluyeron dos influyentes ex ministros del gabinete aliados con el grupo terrorista Hezbolá.
Israel ya ha desarrollado una industria de gas natural en otras partes de sus aguas económicas, produciendo suficiente gas para el consumo doméstico y para exportar a los vecinos Egipto y Jordania.