El Ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania dijo el jueves que los agricultores israelíes ya no podrán trabajar sus campos en un enclave del sur de Jordania, poniendo fin a un acuerdo de más de 25 años destinado a apuntalar un histórico acuerdo de paz.
El anuncio refleja las malas relaciones entre los países, que han sido subrayadas por la oposición vocal de Jordania a los planes israelíes de aplicar su soberanía en partes de Judea y Samaria.
En virtud de su histórico acuerdo de paz de 1994, Jordania concedió a Israel un arrendamiento de 25 años en dos pequeñas zonas a lo largo de su frontera, Baqura y Ghamr, o Naharayim, en el Valle del Jordán, y Tzofar, en la región de Aravá, en el sur de Israel.
La zona incluye también la Isla de la Paz, un parque situado en la confluencia de los ríos Jordán y Yarmouk. En 1997, siete colegialas israelíes fueron asesinadas por un soldado jordano durante un viaje al parque.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel no hizo ningún comentario inmediato.
El tratado de paz, el segundo de Israel con una nación árabe, comenzó con gran optimismo, pero las relaciones se han deteriorado constantemente.
El acuerdo sigue siendo un activo estratégico vital para ambos países, que mantienen una estrecha cooperación en materia de seguridad y proyectos económicos conjuntos. Pero las políticas de Israel en Judea, Samaria y en el este de Jerusalén, donde Jordania tiene derechos de custodia sobre los lugares sagrados musulmanes, han aumentado las tensiones en repetidas ocasiones.
Una gran parte de la población de Jordania es palestina, y la opinión pública se ha mantenido en gran medida en contra de la normalización de las relaciones con Israel.
El jueves, Jordania se unió a otros países árabes para condenar el plan de Israel de “anexionar grandes partes de la Cisjordania ocupada”, incluidos los poblados israelíes y el estratégico Valle del Jordán. El plan de Israel, que extinguiría las esperanzas palestinas de establecer un estado independiente que incluya toda Judea y Samaria, ha suscitado una amplia oposición internacional.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Al-Safadi, dijo que la aplicación de la soberanía israelí “acabaría con una solución de dos Estados, socavaría los cimientos del proceso de paz y desencadenaría el conflicto”.