El presidente del partido Lista Árabe Unida (Ra’am), Mansour Abbas, se dirigió el domingo a la Knesset, tanto en árabe como en hebreo, para hablar de su decisión de apoyar al nuevo gobierno de unidad nacional encabezado por Naftali Bennett (Yamina) y Yair Lapid (Yesh Atid).
En su discurso, pronunciado durante una sesión especial de la Knesset convocada para votar el nuevo gobierno, Abbas rechazó las afirmaciones de los críticos de la derecha de que el nuevo gobierno había “vendido” el Negev al reconocer los asentamientos ilegales de beduinos.
“Nadie ha vendido el Néguev”, dijo Abbas. “Seguirá siendo parte del Estado de Israel. Nuestra visión es vivir en paz, igualdad y cooperación”.
Abbas también prometió, en árabe, que su partido “devolverá las tierras que fueron apropiadas a nuestro pueblo.”
“Este es un acto nacional de primer orden”.
El jefe del Partido Sionista Religioso, Bezalel Smotrich, respondió a los comentarios de Abbas, diciendo: “Así que Abbas vuelve a hacer una espectacular demostración de hipocresía, con un discurso nacionalista en árabe en el que dice la verdad; un discurso lleno de palabras tranquilizadoras en hebreo destinado a los oyentes judíos que son ciegos y sordos, especialmente los que se hacen pasar por tales”.