Los agricultores del Valle del Jordán y de Aravá han desplegado una solución innovadora para superar la escasez de mano de obra causada por el brote de coronavirus: la polinización aérea mediante drones.
Los cultivadores de palmeras datileras de la región se han preocupado especialmente por el cierre de los pasos fronterizos, precisamente cuando entraban en el período crítico de polinización de las palmeras entre febrero y abril. El reclutamiento de mano de obra local dispuesta a trabajar en las zonas periféricas también ha resultado ser un reto para los cultivadores.
Para asegurar la continuación de la polinización, los cultivadores recurrieron al operador de sistemas no tripulados israelí Blue White Robotics (BWR) y al polinizador de drones con base en Nueva York, Dropcopter, que han ensayado con éxito la polinización de palmeras con drones en los últimos meses en el Instituto Arava.
El experimento en el centro de investigación del desierto se llevó a cabo en respuesta a la disminución de las poblaciones de abejas. La polinización aérea ha cobrado cada vez más importancia debido a las recientes inundaciones en el Valle del Jordán, que han impedido la polinización terrestre en muchas zonas.
En el proyecto en gran escala se utilizan múltiples drones que vuelan simultáneamente, equipados con innovadoras vainas desarrolladas por Dropcopter para almacenar y dispensar eficazmente el polen del aire. La solución sustituye a una técnica alternativa e ineficiente que utiliza ventiladores acoplados a tractores.
Ori Kooper, un agricultor del Valle del Jordán y usuario del sistema de polinización mediante drones, dijo a The Jerusalén Post que la eliminación del factor humano en algunos trabajos «reducirá significativamente la cantidad de variables» en la agricultura, lo que permitirá obtener mayores beneficios y una producción agrícola uniforme.
«El cultivo de las fechas de las cepas de Medjool requiere muchas manos trabajadoras y, a pesar de todas las soluciones tecnológicas de que disponemos hoy en día, los drones nos dan una solución no solo más rápida y eficiente, sino también más económica y precisa para que los beneficios no solo se dupliquen sino que se tripliquen», dijo Kooper.
Dado que las plantaciones de dátiles en Israel suman unos 15.000 acres y cada palmera requiere polinización en cuatro ocasiones, las soluciones tecnológicas son fundamentales para reducir la mano de obra necesaria durante el período de polinización.