El segundo israelí que viaja al espacio se prepara para despegar el viernes y llevar a cabo una serie de experimentos que controlan desde las emociones de los astronautas hasta su orina.
Eytan Stibbe llevará a cabo unos 35 experimentos para empresas e instituciones de investigación en su misión Rakia, financiada con fondos privados, a la Estación Espacial Internacional.
El Centro Médico Sheba, el mayor hospital de Israel, enviará un laboratorio espacial completo en miniatura que contiene seis experimentos.
“El espacio inspira a la humanidad y despierta la imaginación”, dijo el profesor Yitshak Kreiss, director general de Sheba.
“Esta misión de investigación cumple el sueño de toda mi vida de combinar la medicina y el espacio, permitiéndonos ampliar los límites de la salud mucho más allá de lo que es posible en la Tierra”, añadió.
Stibbe, antiguo piloto de caza, viajará a la ISS a bordo de una cápsula SpaceX Dragon. La misión será operada por Axiom Space y comandada por su vicepresidente, el astronauta hispano-estadounidense Michael López-Alegria.
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El primer astronauta israelí de la historia, Ilan Ramon, falleció en 2003 cuando el transbordador espacial Columbia se desintegró al entrar en la atmósfera, matando a los siete miembros de la tripulación a bordo. Los miembros de la familia Ramon estuvieron presentes cuando se anunció por primera vez el vuelo de Stibbe en 2020, y también estarán presentes en el despegue en Orlando el viernes.
Stibbe irá cargado con docenas de experimentos. Hay un fuerte enfoque en la salud, pero también experimentos relacionados con la agricultura, la óptica y la energía. También llevará la Biblia más pequeña que existe, un nanochip de silicio de 0,5 milímetros cuadrados en el que están grabadas 1,2 millones de letras.
Uno de los experimentos que Stibbe se llevará de Sheba explorará si la microgravedad puede ayudar a tratar el Alzheimer analizando sus efectos en la función vascular del cerebro. Los investigadores de Sheba confían en obtener información sobre si imitar la microgravedad en la Tierra puede ayudar a frenar el avance de la enfermedad.
Para otro experimento destinado a profundizar en el conocimiento del microbioma, los investigadores de Sheba están recogiendo muestras de orina de los astronautas que viajarán junto a Stibbe y tomarán más a su regreso. Stibbe recogerá muestras durante la misión.
Se espera que el experimento ayude a curar las infecciones del tracto urinario que son comunes entre los astronautas.
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Por otra parte, se utilizará una red de sensores israelíes para controlar las constantes vitales de los astronautas, la fisiología del sueño, la función cognitiva, el rendimiento visual y auditivo y las habilidades emocionales. El experimento tratará de explorar cómo los astronautas manejan los eventos estresantes.
También se llevarán a cabo análisis de sangre sin aguja de fabricación israelí, que funcionan instantáneamente mediante el escaneo de los ojos. El equipo de Sheba que está detrás del dispositivo Veye dice que probarlo en microgravedad dará lugar a importantes conocimientos que ayudarán a su desarrollo.
Otros experimentos de Sheba evaluarán el impacto de la exposición a la microgravedad en los ojos de la tripulación espacial mediante el dispositivo de escaneo de la retina iCapture. También se utilizará una plataforma de diagnóstico oncológico desarrollada por la empresa israelí OncoHost para controlar el funcionamiento del sistema inmunitario de los astronautas en el espacio.
“Sabemos que los viajes espaciales inducen una disfunción del sistema inmunitario, ya que los astronautas suelen padecer herpes labial, les salen erupciones extrañas y muchos astronautas afirman que son susceptibles de contraer infecciones tras regresar a la Tierra”, declaró a The Times of Israel el Dr. Yaacov Lawrence, oncólogo de Sheba que está detrás del control inmunitario.

“Nuestro experimento nos mostrará con cierto detalle cómo se comporta el sistema inmunitario durante los vuelos espaciales. Esto es importante para los astronautas y para nosotros en la Tierra”, añadió.
“Puede permitirnos desarrollar formas precisas de reforzar el sistema inmunitario de los astronautas. Y para la gente en la Tierra, creemos que los hallazgos relativos a los astronautas nos ayudarán a abordar la disfunción inmunitaria habitual y el impacto de la vejez en el sistema inmunitario”.
Además de Sheba, otros hospitales israelíes que envían experimentos son el Centro Médico Rabin, que está evaluando el cambio en el riesgo cardiovascular de cada astronauta tras el vuelo espacial, con el objetivo de mejorar la comprensión de cómo el espacio afecta al sistema cardiovascular.
Los científicos que participan en la preparación de los experimentos afirman que consideran que se trata de una oportunidad única.
“En mi trabajo de nueve a cinco como médico oncólogo, nunca imaginé que estaría hablando con la NASA y tratando de averiguar cómo los problemas de salud de los astronautas pueden ayudarnos a entender las condiciones médicas habituales. Estoy muy entusiasmado con este proyecto espacial y con la perspectiva que abrirá nuevas vías en la medicina”, dijo Lawrence.