Un grupo de científicos de renombre internacional ha publicado otra carta abierta en la que se pide una nueva y exhaustiva investigación sobre los orígenes de la pandemia de COVID-19 por parte de un equipo de investigación internacional. La carta también aportaba soluciones al posible escenario de que el régimen comunista chino no cooperara con dicha investigación.
El 28 de junio, el Grupo de París publicó la carta abierta en el importante medio de comunicación francés Le Figaro. El grupo está formado por 31 científicos y médicos destacados de países de todo el mundo, como Francia, España, Italia, Alemania, Austria, Nueva Zelanda, India, Australia, Estados Unidos, Canadá y Japón.
La carta señala que el COVID-19 lleva más de un año haciendo estragos en todo el mundo, pero no se ha identificado el origen del virus.
Un informe del equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que visitó Wuhan (China) un año después del brote para buscar su origen -que ahora se ha demostrado que incluía a miembros clave con un claro conflicto de intereses- no fue concluyente y suscitó dudas en todo el mundo, especialmente en los países occidentales.
“Creemos que el proceso de estudio conjunto que la OMS reclama actualmente, en su forma actual, no cumple las condiciones para ser creíble debido a graves lagunas estructurales”, dice la carta.
La carta también aborda el intento del régimen chino de borrar los datos relacionados, señalando: “Las medidas adoptadas por el gobierno chino para ocultar los orígenes e impedir que los expertos chinos compartan cierta información esencial y datos detallados muestran claramente que el proceso actual, sin cambios significativos, no tiene ninguna posibilidad de poner en marcha una investigación completa o creíble para todos los escenarios posibles.”
La carta afirma que es “particularmente lamentable que no se haya emprendido ninguna investigación exhaustiva sobre todos los orígenes plausibles, y que no esté prevista ninguna”.
“Pedimos una nueva investigación científica sobre todas las hipótesis de origen plausible, que tenga acceso ilimitado a todos los archivos, muestras y personal pertinentes en China, y en otros lugares si es necesario”, instan los científicos en la carta.
La dirección de la investigación debe incluir la posibilidad de que el virus se filtre desde el laboratorio, sugiere la carta.
Si el régimen chino no coopera en dicha investigación, el grupo ha sugerido lanzar una misión de investigación internacional sin la participación de China, dirigida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Grupo de los Siete Países Industriales (G-7) u otras instituciones.
“Un esfuerzo bien organizado y concertado, libre de interferencias, que recurra a todas las fuentes de información disponibles y en el que participe un gran número de expertos, podría acabar proporcionando pruebas inequívocas que apoyen una hipótesis concreta sobre los orígenes de la pandemia”, se lee en la carta.
La sugerencia se basa en el hecho de que hay suficientes datos disponibles en todo el mundo para tal investigación, argumentan los científicos.
“Se puede recopilar un gran número de detalles muy pertinentes sin la participación de las autoridades chinas. Muchos científicos gubernamentales y particulares de todo el mundo ya han reunido, y comenzado a analizar, cantidades significativas de datos pertinentes”, se lee en la carta.
La carta sugiere además que la investigación necesitaría también la cooperación de Estados Unidos y la Unión Europea para compartir documentos y datos.
La carta llega en un momento en el que están apareciendo más pruebas, ya que la comunidad internacional está centrando su atención en el laboratorio de virología de Wuhan que ha estado llevando a cabo investigaciones de ganancia de función sobre los coronavirus en cooperación con los militares del régimen chino.
Esta es la cuarta carta abierta de este año en la que se pide una nueva investigación independiente y exhaustiva sobre los orígenes del COVID-19. El Grupo de París publicó otras dos cartas a principios de este año. En marzo, la primera carta afirmaba que era necesario investigar el papel de las principales revistas científicas en la ocultación de información sobre la pandemia, como The Lancet.
El 7 de abril publicaron una segunda carta abierta en la que condenaban el informe de la OMS. La carta recibió una importante cobertura en los periódicos franceses.