Estudio de Tel Aviv muestra que FIV y clomifeno no aumentan riesgo de cáncer de mama en 1,824 mujeres con mutaciones BRCA1/2.
Estudio israelí descarta riesgos en fertilidad para portadoras BRCA
Un estudio de la Universidad de Tel Aviv, publicado en ScienceDirect, reveló que los tratamientos de fertilidad no incrementan el riesgo de cáncer de mama en mujeres portadoras de mutaciones BRCA1/2. La investigación, realizada en un centro médico terciario, analizó a 1,824 mujeres judías israelíes con estas mutaciones genéticas. De ellas, 1,492 no recibieron tratamientos por infertilidad, mientras que 332 se sometieron a procedimientos como fertilización in vitro (FIV), citrato de clomifeno, gonadotropinas o combinaciones de estos. Los resultados muestran que ningún tipo de tratamiento elevó la probabilidad de desarrollar cáncer de mama.
El estudio, liderado por investigadores como Shani Naor-Ravel, utilizó un diseño de cohorte histórica. Los datos se recopilaron de pacientes atendidas en el Centro Médico Rabin, afiliado a la universidad. Los análisis multivariados, que incluyeron a las portadoras de mutaciones BRCA1 y BRCA2 por separado, confirmaron la ausencia de asociación entre los tratamientos y el riesgo oncológico. Por ejemplo, el uso de clomifeno presentó un cociente de riesgo (HR) de 0.77 (intervalo de confianza del 95%: 0.49–1.19), mientras que la FIV mostró un HR de 0.65 (0.39–1.08). Estos valores indican que no hay un aumento significativo del riesgo.
De las participantes, 687 fueron diagnosticadas con cáncer de mama durante el seguimiento. Sin embargo, los tratamientos de fertilidad no mostraron correlación con estos diagnósticos. Este hallazgo es crucial, ya que las mutaciones BRCA1/2 elevan el riesgo de cáncer de mama hasta un 72% para BRCA1 y un 69% para BRCA2 a los 80 años, según estudios previos. Las mujeres con estas mutaciones enfrentan decisiones complejas sobre reproducción, especialmente porque la quimioterapia y cirugías profilácticas, como la salpingooforectomía, pueden afectar su fertilidad.
La investigación resalta la importancia de ofrecer opciones seguras a estas mujeres. Los tratamientos como la FIV y la criopreservación de óvulos o embriones permiten planificar la maternidad antes de procedimientos médicos que comprometan la fertilidad. En Israel, donde la prevalencia de mutaciones BRCA es alta en la población judía asquenazí (alrededor del 2%), estos resultados tienen un impacto significativo en la práctica clínica.

Datos clave sobre tratamientos de fertilidad y BRCA
- Población estudiada: 1,824 mujeres judías israelíes con mutaciones BRCA1/2.
- Tratamientos analizados: FIV (183 mujeres), clomifeno (134), gonadotropinas (119), combinaciones (89).
- Riesgo de cáncer: No se observó aumento con ningún tratamiento (HR de FIV: 0.65; clomifeno: 0.77).
- Prevalencia BRCA: Aproximadamente 2% en judíos asquenazíes, frente a 0.2-0.3% en población general.
- Impacto clínico: Apoya el uso seguro de FIV y criopreservación en portadoras BRCA.
Avances en la preservación de fertilidad para mujeres BRCA
Los resultados del estudio de la Universidad de Tel Aviv refuerzan la seguridad de técnicas de reproducción asistida. En particular, la FIV se destaca como una opción viable para mujeres con mutaciones BRCA1/2 que desean preservar su fertilidad antes de someterse a tratamientos oncológicos. La criopreservación de óvulos y embriones, ampliamente utilizada en Israel, permite a estas mujeres postergar la maternidad sin incrementar el riesgo de cáncer de mama. Este enfoque es especialmente relevante para pacientes jóvenes diagnosticadas con cáncer o que optan por cirugías preventivas.
Otros estudios internacionales respaldan estos hallazgos. Una investigación publicada en JAMA en 2017, que incluyó a 9,856 mujeres con mutaciones BRCA, encontró que los riesgos de cáncer de mama no aumentan con tratamientos hormonales asociados a la fertilidad. Asimismo, un análisis del International BRCA1/2 Carrier Cohort Study confirmó que las intervenciones reproductivas no alteran los riesgos oncológicos en estas pacientes. Estos datos proporcionan una base sólida para que los médicos en Israel y otros países ofrezcan asesoramiento reproductivo sin temores infundados.
En el contexto israelí, el acceso a pruebas genéticas para detectar mutaciones BRCA es amplio, especialmente en comunidades asquenazíes. El Ministerio de Salud de Israel promueve el diagnóstico precoz de estas mutaciones, lo que permite a las mujeres tomar decisiones informadas sobre su salud reproductiva y oncológica. Los centros médicos, como el Centro Médico Sheba, integran servicios de genética y fertilidad para brindar atención multidisciplinaria.
La investigación también aborda preocupaciones previas sobre el impacto hormonal de los tratamientos de fertilidad. Aunque los medicamentos como el clomifeno y las gonadotropinas estimulan la producción de estrógenos, el estudio no encontró evidencia de que esto aumente el riesgo de tumores en portadoras de BRCA1/2. Este dato es relevante, ya que los cánceres de mama en estas pacientes suelen ser de tipo triple negativo (en BRCA1) o luminal (en BRCA2), con diferentes perfiles hormonales.

Impacto global y prácticas clínicas en Israel
Los hallazgos de la Universidad de Tel Aviv tienen implicaciones más allá de Israel. En países con alta prevalencia de mutaciones BRCA, como Noruega, Holanda o poblaciones judías en Estados Unidos, los resultados pueden guiar las políticas de salud reproductiva. Organizaciones como el National Cancer Institute han destacado la importancia de estudios prospectivos para evaluar riesgos en portadoras de mutaciones. Los datos israelíes, al provenir de una cohorte grande y bien documentada, aportan evidencia robusta a este campo.
En Israel, la integración de la genética en la medicina reproductiva es un modelo a seguir. Hospitales como el Centro Médico Hadassah ofrecen programas de preservación de fertilidad para mujeres con mutaciones BRCA. Estos programas incluyen asesoramiento genético, pruebas de reserva ovárica y técnicas avanzadas de criopreservación. La Sociedad Americana de Medicina Reproductiva considera que las portadoras de mutaciones BRCA son candidatas prioritarias para estas intervenciones, dado el impacto de los tratamientos oncológicos en su fertilidad.
El estudio también subraya la necesidad de diagnóstico precoz de mutaciones BRCA. En Israel, las pruebas genéticas están cubiertas por el sistema de salud para mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario. Esto facilita la identificación de portadoras antes de que enfrenten decisiones reproductivas. En el caso de las mujeres judías asquenazíes, tres mutaciones fundadoras específicas (185delAG, 5382insC en BRCA1 y 6174delT en BRCA2) son las más comunes, lo que simplifica los análisis genéticos.
Finalmente, el acceso a tecnologías de reproducción asistida en Israel es uno de los más avanzados del mundo. El país cuenta con una de las tasas más altas de ciclos de FIV por cápita, y las portadoras de mutaciones BRCA se benefician de esta infraestructura. Los resultados del estudio de Tel Aviv refuerzan la confianza en estas tecnologías, asegurando que las mujeres puedan planificar su futuro reproductivo sin comprometer su salud oncológica.