Investigadores de la Universidad de Tel Aviv emplean murciélagos frugívoros con microsensores para identificar “islas de calor” en la metrópolis.
El microambiente en las ciudades
Las diferencias térmicas entre áreas verdes y zonas urbanizadas son una preocupación creciente para los urbanistas. Estas diferencias, denominadas “islas de calor”, pueden influir en decisiones de planificación y diseño urbano.
En busca de una solución, científicos de la Universidad de Tel Aviv han encontrado en el murciélago frugívoro egipcio una herramienta valiosa. Estos animales, equipados con microsensores, pueden ofrecer datos precisos sobre las temperaturas en diferentes puntos de la ciudad.
El equipo, liderado por el Prof. Yossi Yovel y la Dra. Aya Goldshtein, ha confirmado la efectividad de este enfoque, arrojando luz sobre las variaciones térmicas en distintos lugares de Tel Aviv.
Murciélagos, no simples animales
El murciélago frugívoro egipcio, conocido científicamente como Rousettus aegyptiacus, se distribuye por la cuenca mediterránea, Oriente Medio y algunas regiones de África y Asia. Es conocido por su dieta basada en frutas y su naturaleza sociable.
Estos animales tienen una notable habilidad para navegar por paisajes urbanos, como se descubrió en investigaciones anteriores del equipo de la TAU. Su movilidad y capacidad de volar les otorga una ventaja única en la recopilación de datos microclimáticos.
Los recientes hallazgos del equipo, publicados en Applied Geography, revelan que las diferencias de temperatura en invierno pueden alcanzar los cinco grados centígrados entre ciertas áreas de la ciudad.
¿Por qué murciélagos y no drones o satélites?
Si bien se han utilizado imágenes satelitales y otras técnicas para estudiar las “islas de calor”, los murciélagos ofrecen una resolución sin precedentes. Los drones, a pesar de su popularidad, tienen limitaciones en batería y de autorizaciones para volar en áreas urbanas.
Los murciélagos, en cambio, pueden cubrir grandes distancias en una noche, siendo particularmente activos durante las horas en que el fenómeno de “isla de calor” es más prominente.
El muestreo bioasistido, que combina el uso de sensores y animales, no solo brinda datos precisos, sino que también permite evaluar el estado de salud del animal, indicando, por ejemplo, la calidad del aire o del agua.
¿Y el bienestar de los murciélagos?
Una preocupación válida es el bienestar de estos murciélagos. El Prof. Yovel asegura que los microsensores que llevan son livianos, representando menos del 5 % del peso del murciélago. Sin embargo, están trabajando para reducir aún más ese peso.
La metodología no se limita solo a áreas urbanas. La capacidad de los murciélagos para realizar mediciones micrométricas puede ser valiosa en zonas rurales y en investigaciones del cambio climático.
El objetivo principal es recopilar la máxima cantidad de datos precisos, especialmente en esta era del Antropoceno, donde el cambio climático es una realidad inminente.
Otras aplicaciones y animales
El potencial de la micromedición no se detiene en los murciélagos. Otros animales, como ratas o palomas, también podrían equiparse con sensores para recolectar datos en áreas inaccesibles para los humanos.
El laboratorio de murciélagos de la TAU ya ha experimentado con esta metodología, y el siguiente paso podría ser expandir su aplicación a otros animales y contextos.
En última instancia, la combinación de tecnología y biología ofrece una herramienta poderosa para entender y enfrentar los desafíos climáticos del siglo XXI.